La intuición es la vida haciéndote spoiler

Inteligencia intuitiva

 

 

A punto de cerrar el año, diciembre ha llegado muy rápido. Trabajando esta semana en proyectos de 2024, un año que pinta espectacular, porque mi agenda ya está realmente intensa. Empezaré el primer trimestre visitando varias ciudades de España, en marzo también LatAm, con proyectos con propósito realmente bonitos…  ¡qué ganas de año nuevo!

Lo mejor está por llegar. Eso dice mi intuición.

Y, aunque hacemos poco caso a nuestra intuición, estoy convencida de que deberíamos. No confiamos en que unas simples sensaciones puedan darnos información fiable sobre nuestra vida. Porque la intuición es una forma de percepción que nos permite detectar algo, pero no sabemos cómo se origina. Nos permite notar lo que antes nos había pasado desapercibido o advertir algo que va a suceder. Muchas veces lo desechamos, porque nos parece que carece de lógica y que no tiene fundamento.

Pero, ¿realmente es así?

 

Inteligencia intuitiva

Re-post de “¿Qué te dice tu intuición?”

 

En ocasiones tomamos decisiones acertadas con muy pocos datos y de forma casi instantánea… un curioso fenómeno al que llamamos intuición. Sin embargo, no es algo aislado, sino que forma parte de nuestra propia inteligencia.

El mecanismo de la intuición es un mecanismo poco valorado, atribuido muchas veces a la suerte. Algo que hace que no lo aprovechemos lo suficiente a la hora de tomar decisiones.

 

¿Existe la inteligencia intuitiva?

La inteligencia intuitiva existe. Es un mecanismo del cerebro para tomar decisiones ante la avalancha de información que recibimos. El cerebro está programado para tomar decisiones rápidas, en base a datos que capta.

Malcom Gladwell, periodista científico de The New Yorker, es un autor que, a través de la mezcla de los últimos descubrimientos en neurociencia y en psicología, se ha convertido en best seller. En su libro «Blink. Inteligencia Intuitiva. ¿Por qué sabemos la verdad en dos segundos?» nos explica cómo pensamos sin pensar y de dónde proceden las decisiones que parece que tomamos en dos segundos, que no son tan sencillas como parecen.

Todos conocemos a alguna persona como, por ejemplo, un vendedor capaz de “leer” en sus clientes qué necesitan o a un técnico que encuentra el problema con una sola mirada… son pruebas de que existe la inteligencia intuitiva.

La inteligencia intuitiva es un mecanismo que utilizamos diariamente muchas veces para automatizar decisiones del día a día y es una habilidad que ha sido clave para la supervivencia de la especie humana. Todos tenemos inteligencia intuitiva, aunque existen frenos a la misma:

los prejuicios

el exceso de información

la rigidez en el proceso de decisiones

el estrés

Las decisiones intuitivas pueden ser tan acertadas como las analíticas, se toman con un número limitado de datos, pero la memoria y la experiencia pueden darnos la respuesta adecuada.

 

Memoria, Inteligencia e Intuición

Y esto me recuerda —cómo no— a José Antonio Marina y su trabajo sobre la inteligencia. En “Objetivo generar talento” escribe textualmente:

«Por ignorancia se ha devaluado la memoria a favor de otras facultades, por ejemplo, la creatividad, como si esta fuera una capacidad autónoma, que brotara por generación espontánea».

Y es que los datos que poseemos y los conocimientos que adquirimos son la base de la inteligencia. Nuestro cerebro va a reaccionar en base a lo que conoce. De ahí la defensa de desarrollar la memoria.

En «Inteligencia intuitiva», Gladwell explica que nuestro cerebro funciona muchas veces de forma distinta a lo que creemos. No se detiene a pensar cada acción que hacemos, sino que tiene una especie de mecanismo inconsciente para actuar sin consultarnos. Ya comenté en «El poder del hábito» que repetimos, día tras día, la gran mayoría de nuestros pensamientos y también de nuestros actos. En resumen, vivimos en una especie de ‘día de la marmota’, sin ni siquiera ser conscientes de ello. Ello es así porque desarrollamos hábitos, acciones repetitivas que quedan muy arraigadas en nuestro cerebro. Los hábitos tienen un poder extraordinario y hacen que el cerebro actúe en ‘modo automático‘.

Por otra parte, Freud indicaba:

«Cuando tomamos decisiones pequeñas, siempre es ventajoso analizar los pros y los contras. Sin embargo, en los asuntos vitales, como la elección de pareja o de profesión, la decisión debe venir del inconsciente, de un lugar recóndito dentro de nosotros. En las decisiones realmente importantes de la vida, debemos dejar que gobiernen las profundas necesidades de nuestra naturaleza».

 

Nada es casual.

La intuición no surge de la nada.

La intuición tiene que ver con nuestra experiencia y con información que captamos sin darnos cuenta.

 

La inteligencia intuitiva tiene sus motivos –que surgen de una base sólida y fundada-. Sin embargo, solemos desconfiar de ella, porque la intuición no explica el camino, simplemente lo señala.

 

Es curioso constatar el origen de la intuición. Algo que surge de forma rápida y espontánea, resulta que tiene su origen en la memoria y la inteligencia. Y es que, simplemente “el cerebro sabe cosas que no sabemos y hace cosas sin consultarnos”.

 

“La intuición es la vida haciéndote spoiler”. Leí la frase en internet y me hizo gracia. Muchas veces, cuando esa voz interior te recuerda a posteriori “ya te lo había dicho…”, nos muestra que hay que hacerle caso.

Intuición,

habrá que escucharla

un poco más a menudo…

 

Hoy comparto una canción -que ya he subido otras veces- para darte las gracias por leerme y desearte un feliz diciembre (lo mejor está por llegar).

I feel it coming

 

 

“Ten el coraje de hacer lo que dicen tu corazón y tu intuición. Ellos ya saben, de algún modo, en qué quieres convertirte realmente.”

 

Steve Jobs

 

 

 

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