EDUCACIÓN EMPRENDEDORA
Artículo publicado en INED21
“El mundo entero está
en estado de emergencia educativa”
José Antonio Marina
LA EDUCACIÓN VA A CAMBIAR… Y MUCHO
The Global Education Futures Forum predice que en las próximas décadas veremos los cambios educativos más radicales desde la aparición de los sistemas nacionales de educación, y que los principios básicos de la educación del futuro deben ser:
El futuro puede ser creado, va a depender de nuestro esfuerzo.
Hay muchos futuros posibles, no está determinado por el pasado sino por las decisiones tomadas ahora.
El futuro no es predecible de forma fiable, por lo que es necesario estar preparados para un futuro incierto.
Y ¿cuál será el objetivo fundamental de la educación? La respuesta, en el último libro del filósofo José Antonio Marina: ‘Objetivo: generar talento’. El gran fin de la educación es poner en acción la inteligencia. Marina señala que se habla mucho del ‘talento’, pero sin detenerse a definirlo correctamente. Para Marina, ‘talento’ es el buen uso de la inteligencia y del conocimiento, por lo que tiene que ver con acción:
‘El talento subraya la idea de que la inteligencia tiene como principal función dirigir la acción. Más allá de la inteligencia cognitiva y de la inteligencia emocional, el nuevo modelo que está emergiendo de los descubrimientos neurocientíficos y que integra todos los demás es el de la inteligencia ejecutiva, la inteligencia en acción y para la acción. No pensamos para conocer. Pensamos para actuar.’
Por otra parte, el premio Nobel James Heckman nos muestra otro de los temas fundamentales en la educación actual: al lado de los conocimientos es necesario dar cada vez una mayor importancia a las ‘non-cognitive skills’ (habilidades no-cognitivas), que permiten aplicar los conocimientos a la realidad.
Son tres ejemplos de cómo los principales expertos mundiales en educación están señalando cambios necesarios en el mundo educativo. Cada uno desde su particular perspectiva, pero con un punto de conexión: el gran reto de la educación es conseguir impulsar a la acción.
LA COMPETENCIA EMPRENDEDORA ENTRA EN ESCENA
Los conocimientos son importantes y son imprescindibles, pero no son suficientes. Es necesario saber llevar los conocimientos a la práctica. Por ello, no es casual que la competencia “tener sentido de la iniciativa y espíritu emprendedor” haya pasado a ser una competencia obligatoria en educación. Porque la competencia emprendedora no tiene que ver con crear una empresa, sino que tiene que ver con:
‘La capacidad de las personas de convertir
las ideas en actos’
El Parlamento Europeo define la competencia emprendedora como la habilidad de la persona para transformar las ideas en actos. Es una habilidad que está relacionada con la creatividad, la innovación y la asunción de riesgos, así como con la capacidad de planificar y gestionar proyectos con el fin de alcanzar objetivos.
La competencia emprendedora no siempre se define con rigor, y es relativamente frecuente que se confundan dos aspectos en ella:
La formación en aspectos empresariales, relacionados el desarrollo de proyectos de empresa y con la creación de empresas.
La formación en la ‘actitud’ de tener sentido de la iniciativa y espíritu emprendedor.
A pesar del enorme crecimiento de la formación y educación en emprendimiento, no se ha dedicado demasiada atención a definir y pautar cómo debería desarrollarse el talento emprendedor. Y en demasiadas ocasiones, se presenta una formación dirigida a temas empresariales, olvidando la dimensión relativa a la‘actitud emprendedora’. Personalmente considero este planteamiento un error, porque en mi opiniónemprender es una actitud.
El Talento tiene que ver con la Acción
El estudio Global Entrepreneurship Monitor 2014 (GEM 2014) muestra que ofrecer educación emprendedora tiene influencia en las actitudes, aspiraciones e intenciones de las personas a la hora de iniciar un nuevo proyecto emprendedor. Si un país quiere promover una cultura emprendedora, no basta con proclamar que las personas deben ser emprendedoras, nadie se hace emprendedor por el mero hecho de que las administraciones le empujen a serlo —algo que, personalmente, me parece peligroso e irresponsable—. Para conseguir una cultura emprendedora, es necesario desarrollar y apoyar programas de educación emprendedora, adaptados a las distintas fases educativas de los alumnos.
Por tanto, en la misma línea de lo que exponen Marina y Heckman, necesitamos desarrollar el sentido de la iniciativa y el espíritu emprendedor de las personas para convertir el conocimiento en acción.
En el mismo sentido se ha pronunciado recientemente el World Innovation Summit for Education(WISE), que ha definido la educación emprendedora como el ‘método a través del cual los estudiantes practican creando, encontrando y actuando sobre oportunidades para crear valor’. Y pone el acento en la necesidad de desarrollar actitudes emprendedoras.
¿CÓMO DESARROLLAR EL TALENTO EMPRENDEDOR?
Hasta ahora, no ha habido consenso sobre cómo llevar la competencia emprendedora a las aulas. Probablemente, porque no se ha considerado un tema importante o prioritario. La realidad nos demostrará todo lo contrario.
Algunas de las investigaciones académicas1 que se están llevando a cabo nos muestran un cambio en la aproximación a la educación emprendedora. El punto de partida para la educación emprendedora no se encuentra en la idea, la oportunidad o el business plan sino que el punto de partida se encuentra en desarrollar una actitud proactiva, de hacer y de crear.
Hay mucho camino por recorrer, los estudios realizados en el GEM 2010 ‘A Global Perspective on Entrepreneurship Education and Training’ (Una Perspectiva Global sobre la Educación y Formación en Emprendimiento) mostraban un alto nivel de insatisfacción con el planteamiento de educación en la competencia emprendedora, especialmente en los niveles de primaria y secundaria.
Somos un país muy creativo, pero no preparamos a las personas para tener una actitud emprendedora. En mis clases y seminarios he podido comprobar que hay muchas personas con buenas ideas, pero muy pocas se atreven a ponerlas en marcha. Y a mí me parece una pena. No solo por nuestra sociedad —que necesita mucho los proyectos emprendedores— sino también por la persona, ya que su falta de determinación o sus dudas harán que se pierdan para siempre magníficas ideas y muchos sueños.
Mucho trabajo por hacer en impulsar la competencia emprendedora en educación, trabajo que, bajo mi modesto punto de vista, pasará por:
Definir claramente los objetivos que debe tener la formación en la competencia emprendedora.
2
Determinar cómo medir los resultados de esta formación. Solemos quedar fascinados por las novedades, pero sabemos que no todas las novedades son positivas ni aportan mejoras en calidad al sistema educativo. Debemos ser capaces de medir los resultados obtenidos, para aplicar aquellas prácticas que realmente proporcionan valor añadido.
3
Aprovechar el trabajo realizado en este campo por expertos en diferentes países y los programas que ya se implantan en escuelas, como las que sugiere el informe ‘Entrepreneurship Education: A Global Consideration From Practice to Policy Around the World’ del World Innovation Summit for Education (WISE), que destaca, por ejemplo, los siguientes proyectos en primaria y secundaria:
Finlandia proyecto Me & My City.
US Hawkwn School – Entrepreneurial Studies Program.
Qatar Entrepreneurship Education by Injaz Qatar.
China Maker Spaceand Extreme Learning Process- Tsinghua University High School.
4
Definir el plan de entrenamiento de la habilidad emprendedora adecuado para cada edad, desde la etapa infantil hasta las etapa universitaria.
5
Ampliar y mejorar la formación al profesorado sobre la competencia emprendedora, ya que debe disponer de conocimientos y herramientas específicos para formar a sus alumnos en esta competencia transversal.
6
Y, por encima de todo, estar convencidos de que la competencia emprendedora es necesaria en la formación de nuestros niños para conseguir que tengan sentido de la iniciativa y sean capaces de materializar sus ideas y sus objetivos, necesario si queremos ayudarles a ser lo que pueden ser.
Que el mundo ha cambiado no es nada nuevo. Que se necesitan otras habilidades y competencias para triunfar en este nuevo entorno, tampoco es nuevo. Es hora de dejar de hablar de teorías y pasar a la práctica. Gran parte del éxito de las personas a lo largo de su vida se va a medir por su capacidad de adaptación a los cambios y por su capacidad de innovar y de emprender nuevos proyectos. Es hora de pasar a la acción.
La mejor manera de predecir el futuro…
es crearlo
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