En la vida hay tres constantes,
el cambio, la elección y los principios
Stephen Covey
Artículo publicado en INED21
Venimos de un mundo en el que todo era previsible, repetitivo, en el que se aprendía un oficio y se vivía de ello toda la vida… y hemos llegado a un mundo que cambia, en constante ebullición, en el que no sabemos cuáles serán las tecnologías ni las profesiones del futuro. Vivimos en un momento en el que cada persona depende mucho más de sí misma, de lo que sea capaz de desarrollarse, de aprender, de adaptarse, de crear soluciones y de compartirlas.
Estos cambios impactan en educación. Nos educaron en una era donde el cambio era muy lento, todo el mundo se adaptaba sin problema, pero ahora el mundo se ha acelerado y la educación no puede ser la misma. Es necesario que nuestros alumnos sean capaces de surfear en la incertidumbre, sepan reaccionar a los cambios y, personalmente, creo que también es importante que sepan mantenerse en sus principios.
Howard Gardner, profesor de Psicología en la Universidad de Harvard y probablemente el psicólogo cognitivo de mayor prestigio internacional, después de publicar su bestseller mundial “Inteligencias múltiples”, publicó el libro “Five Minds for the Future” (‘Cinco mentes para el futuro’), en el que expone la necesidad de cultivar la mente de las personas, una responsabilidad que va más allá de los profesores y que afecta a todas las personas que trabajan en contacto con otras, porque está claro que el aprendizaje trasciende ya la etapa educativa.
CINCO MENTES PARA EL FUTURO
En el libro, el profesor Gardner propone cinco tipos de mente que pueden lograr que las personas y la sociedad sean mejores. Las mentes que idealmente deben ser cultivadas en el futuro son la mente disciplinada, la sintética, la creativa, la respetuosa y la ética.
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Es aquella que sabe utilizar el modo de pensar de las principales áreas de conocimiento humano (matemáticas, historia, arte, …). Es capaz de transferir este estilo de pensamiento a su área profesional y a su vida cotidiana, se autoevalúa y se actualiza. Los individuos desprovistos de este tipo de pensamiento sólo son capaces de comprender de modo superficial los sucesos que les rodean, no se sienten responsables ni tampoco agentes de su entorno.
En este punto, el autor se enlaza con uno de los tópicos de investigación más importantes en el campo de la psicología educativa: el de los procesos de autorregulación del aprendizaje.
Una mente disciplinada acostumbra a presentar una serie de rasgos característicos:
a
Tiene una mentalidad de crecimiento que aspira a conocer más (este punto me recuerda, por supuesto, a la profesora Carol Dweck).
b
Es una mente que tiende a la acción. Aspecto que conecta con lo que he comentado en otras ocasiones sobre inteligencia ejecutiva: “la finalidad de la inteligencia no es conocer, sino guiar la acción” nos señala José Antonio Marina.
c
Está en reciclaje continuo, algo necesario en un entorno cambiante.
d
Interioriza los conocimientos que adquiere.
e
Evita ser obsesiva.
f
Y le gusta transmitir lo que sabe, acostumbra a tener motivación por la enseñanza y por ayudar a otras personas.
La mente sintética
Destaca por su capacidad para manejar, seleccionar y establecer conexiones entre cantidades ingentes de información. Es una capacidad innata escasamente cultivada a lo largo del desarrollo, por lo que puede terminar atrofiándose si no se ejercita, o pervirtiéndose cuando se hace de modo inapropiado.
El desafío educativo se plantea en términos de desarrollar una mente disciplinada sin desaprovechar el potencial del pensamiento sintético. Se destaca, sin embargo, el escaso interés que se ha concedido a esta capacidad en la educación formal, siendo como es el espacio idóneo para hacerlo.
La mente creativa
Que busca nuevas ideas. Es importante estar atentos a las innovaciones y aportaciones de las mentes creativas, dado que las verdaderas mentes creativas, a menudo, no son gente apreciada por su entorno. En la actualidad, no prestar la debida atención a la creatividad y la innovación puede ser la principal razón del declive de algunas empresas. Es necesario impulsar la creatividad en el trabajo, aunque hay que ir con cuidado con la pseudocreatividad: la creatividad indisciplinada puede ser perjudicial.
La mente respetuosa
Se corresponde con el pensamiento tolerante. Las organizaciones y los grupos trabajan mejor cuando, a pesar de sus diferencias, las personas trabajan juntas con objetivos comunes. Por ello, es importante la educación en el respeto.
La mente ética
Es la encargada de velar por las pautas de comportamiento e integridad de la persona. Las personas que se comportan con ética en su vida y en su trabajo, independientemente de su formación, son los que personifican al profesional ejemplar.
Para Gardner, la educación se basa en establecer objetivos y valores, y en cumplirlos. Hace poco, en una entrevista en La Vanguardia, declaraba:
Una mala persona no llega nunca a ser
un buen profesional
Howard Gardner
Me parece un resumen extraordinario de cómo llegar a ser un buen profesional. Es necesario desarrollar la mente, pero siempre con unos objetivos y unos principios muy claros. Al final, volvemos a los principios. En una era en la que los conocimientos que acumulamos ya no son lo más importante, es necesario ir más allá. Como dice José Antonio Marina
. “La ética es la mayor creación de la inteligencia”
Vivimos en la era de las personas. Y las personas aspiramos a SER… porque la vida no va de tener y aparentar, sino de de ser y compartir.
Feliz Navidad…
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