La educación es como la magia,

tiene el poder de transformar

Artículo publicado en INED21.

La educación cambia a las personas, les ofrece herramientas para afrontar la vida, las empodera, les da confianza y, con ello, las hace crecer. El talento está después de la educación.

El impacto de la educación es enorme, y existen numerosos estudios cinetíficos que nos lo demuestran, como ya he comentado en otras ocasiones en INED21, destacando cinco motivos para invertir en educación:

  – La educación mejora el nivel de vida de las personas.

  – La educación mejora el nivel de bienestar de la Sociedad.

  – La educación es imprescindible en la sociedad del aprendizaje.

  – La educación mejora aspectos cualitativos en la vida de las personas.

Y, más allá de estos aspectos, considero que la educación tiene como objetivo incidir en el desarrollo integral de la persona. La educación es la que puede ayudar a la persona a ser quién quiere ser, como indicaba en «Educar para el éxito». Se trata de un proceso de acompañamiento en el que el alumno debe descubrir lo que puede llegar a ser y aspirar a conseguirlo.

Sabemos lo que somos

pero no lo que podemos llegar a ser

William Shakespeare

Aspirar a ser lo que puedes ser.

Saber lo qué puedes llegar a ser y trabajar para alcanzarlo.

Pero conseguirlo requiere esfuerzo y una clara voluntad de crecimiento y de mejora.

El mayor riesgo que tiene cualquier iniciativa de cambio –a largo plazo– no es que fracases al final, sino que abandones al principio. El sentido de la iniciativa tiene mucho que ver con la determinación para conseguir un objetivo que te propones y diversos estudios sobre ello han demostrado que lo complicado suele ser dar el primer paso.

Como decía Stephen Covey, «la iniciativa no es ser insistente, molesto o agresivo…  es reconocer nuestra responsabilidad de hacer que las cosas sucedan».

No tenemos la varita mágica que nos permita asegurar el éxito en conseguir los objetivos que nos marcamos en nuestra vida. Pero, como en otras ocasiones, sí que podemos recurrir al análisis y al trabajo que han realizado diferentes expertos, en este caso, el de Kerry Paterson, Joseph Grenny, David Maxfield, Ron McMillan y Al Switzler y que publicaron en su libro “Change Anything. The New Science of Personal Success” (“Cámbialo todo. La nueva ciencia del éxito personal”).

Decidir que vas a conseguir ser tu mejor versión y hacerlo no es tarea fácil. Lo que es normal y lo que es posible.

Para empezar, uno de los motivos por los que cuesta aspirar a ser lo que podemos ser es porque interpretamos la realidad en función de nuestro entorno. En función de cómo sean las personas que nos rodean y el modo en que actúan, aquello será lo que consideremos «normal».  
Aunque no nos demos cuenta, las personas que nos rodean determinan no solo lo que es normal sino también lo que es posible. Por ello, en muchas ocasiones, cambiar exigirá un nuevo entorno.

¿Cuestión de voluntad?

Otro de los motivos de dificultad en los cambios es que muchas veces consideramos que el éxito es una simple cuestión de voluntad. Ya sabes, la famosa frase de 

       Si quieres… puedes

Pues bien, los autores del libro consideran que esta frase es una verdad a medias, y que la frase más realista debería ser:

      Si quieres,

      y sabes cómo…

      puedes

La voluntad es necesaria, pero no es suficiente. Hay que añadirle la estrategia para el cambio.

Las 6 fuentes de influencia para conseguir lo que queremos

Así, los autores señalan que debemos considerar 6 fuentes de influencia que son determinantes en el cambio, para hacerlas jugar a nuestro favor siempre que sea posible.
A partir de dos ejes: motivación y capacidad, los autores establecen 6 fuentes de influencia para cambiar, que van desde lo estrictamente personal, pasando por el componente social, hasta el componente estructural. De modo esquemático, las 6 fuentes de influencia son las siguientes:

El factor de influencia 1 es la motivación personal

Por donde se inicia la voluntad de cambio (de algún modo, lo podríamos asimilar a la actitud). Se trata de buscar motivos para cambiar. Lo que estamos haciendo en este momento puede no ser lo que queremos hacer, puede que ni tan siquiera nos dé satisfacción… Sin embargo, lo conocemos y es nuestra zona de confort. Por el contrario, lo que deseamos está en el futuro, lo vemos lejano y sabemos que puede ser difícil de conseguir. Para dar el primer paso para cambiar, tener motivos resulta fundamental. Por ello, algunas técnicas que te pueden ayudar a conseguirlo son:
Visualizar tu futuro si no haces nada para cambiar,
Usar palabras de valor (recuerda el poder de las palabras a través del maravilloso libro -que otras veces he comentado- «La ciencia del lenguaje positivo»).
Convierte el reto en un juego, con un dead-line para materializarlo (la fuerza de las fechas límite es muy poderosay fracciónalo en tareas más pequeñas para visualizar tus avances.

El factor de influencia 2 es la capacidad personal

Aprender y desarrollar aquello que resulta necesario para llevar a la práctica el cambio deseado (equivaldría a la aptitud). Sin la capacidad personal, no es posible materializar el cambio. De algún modo, se trata de que hagas lo que «crees» que no puedes hacer. Se trata de superarte y de convertirte en la persona que puede conseguir ese reto que te mueve. Para hacerlo, es necesario ser conscientes de nuestros propios déficits y, partir de ahí, trabajar para superarlos. Las recomendaciones que nos da el libro para conseguirlo:
Examina tu listado de habilidades, y empieza por averiguar que conocimientos o habilidades te faltan.
Aplica los principios de la práctica deliberada.
Desarrolla tu fuerza de voluntad: haz una lista de tus momentos críticos y pide a las personas de tu entorno que te apoyen en esos momentos, sé consciente de los momentos de riesgo y supéralos.

Los factores de influencia 3 y 4 son la motivación y la capacidad social

La motivación social es sutil, pero poderosa, ya que las personas que nos rodean influyen en lo que hacemos.
Debes rodearte de amigos para realizar el cambio. Dicen los autores que «la presión del entorno social es igual que la gravedad, tan sutil que ni se nota». Por ello, es importante emplear tácticas como las siguientes:
Distingue entre amigos y cómplices: los amigos te acompañan por el buen camino, los cómplices te consienten los malos hábitos… es necesario no confundirlos.
Redefine lo «normal»: si te mides en relación a lo que tienes en tu entorno, te estás limitando… ve más allá de lo que parece normal y pregúntate: ¿cómo quiero vivir?, ¿cómo quiero sentirme?, ¿quién quiero ser?
Pide a tus amigos que te ayuden a conseguir tu objetivo y descubrirás que tienes más apoyos de los que te imaginabas.

El factor de influencia 5 es la motivación estructural

Incentiva lo bueno. La motivación al cambio puede proceder del sistema, de cómo recompensa un determinado comportamiento. Se trata de darle la vuelta y de establecer recompensas a los buenos hábitos…. concédete un premio cuando lo mereces.

El factor de influencia 6 es la capacidad estructural.

Controla tu espacio. Tu entorno físico te influye más de lo que te imaginas, por lo que deberás aprender a controlarlo con acciones como:

Crea barreras que te dificulten hacer lo que no debes.

Descubre el poder del “piloto automático”: conseguir una respuesta correcta que surja de modo automático es una de las mejores ayudas para alcanzar el éxito en el cambio (entrena hábitos).

Y emplea la tecnología a tu favor, busca lo que te puede ayudar y hazlo tu aliado.

Ser lo que quieres ser…

Aspirar a ser lo que quieres ser es algo lícito. Y conseguirlo no depende solo de la voluntad, tal y como nos indican los autores de “Change”, sino que inciden también otros factores sobre los que es necesario actuar.

Las personas estamos en una evolución permanente de crecer y reinventarnos en los diferentes contextos de nuestra vida, en nuestra sociedad más aún. Desconocemos lo que somos capaces de ser y ello nos sitúa en un mundo de posibilidades infinito, al que podemos aspirar si nos esforzamos por conseguirlo…

La educación nos ayuda en el ámbito personal, en desarrollar la aptitud necesaria para conseguir nuestros objetivos, es cuestión de trabajar también los ámbitos social y estructural. Un esfuerzo continuado pero con un bonito propósito.

Estimulante, ¿verdad?

Merece la pena intentarlo…
 

Sé qué hay en tus ojos con solo mirar
que estás cansado de andar y de andar 
y caminar,  girando siempre en un lugar…
 
Sé que las ventanas se pueden abrir 
cambiar el aire depende de ti 
te ayudará, vale la pena una vez más
 
Saber que se puede querer que se pueda
quitarse los miedos, sacarlos afuera
pintarse la cara color esperanza
tentar al futuro con el corazón
 
Es mejor perderse que nunca embarcar
mejor tentarse a dejar de intentar
aunque ya ves…
que no es tan fácil empezar
Sé que lo imposible se puede lograr
que la tristeza algún día se irá
y así será, la vida cambia y cambiará
 
Sentirás que el alma vuela
por cantar una vez más
 
Vale más poder brillar
que solo buscar ver el sol