Es evidente que maternidad y trabajo es una combinación que tiene sus implicaciones.
Tenemos una visión predeterminada en muchos aspectos sobre el tema, ideas preconcebidas, … que nos llevan a pensar con frecuencia en connotaciones negativas de la maternidad para las mujeres en lo relativo a su carrera profesional.
Si bien es cierto que compaginar ambas facetas no es fácil, también lo es que, como sociedad, podemos hacerlo mejor. Si al hablar de conciliación de vida profesional y familiar, hablamos solo de la mujer… algo estamos haciendo mal.
La conciliación no es “un tema de mujeres”, es un tema de familia y es un tema de sociedad. Al final, no se trata de que la pareja ayude a la mujer, sino que se trata de compartir todos las tareas y las obligaciones familiares, y que la sociedad entienda lo que supone esa etapa. Sin embargo, todavía no hemos llegado a esa situación de igualdad. Las estadísticas nos demuestran que la conciliación es todavía mayoritariamente femenina. El tiempo que dedica la mujer a los trabajos en casa y al cuidado de sus hijos sigue siendo superior al que dedica el hombre, incluso en situaciones en las que la mujer trae el único sueldo que entra en casa, tal y como ha demostrado un estudio de Joan García Román, investigador de la UAB.
Por otra parte, el sentimiento de culpabilidad que sienten muchas madres cuando deben compatibilizar maternidad y trabajo es algo que se debería erradicar, y me gustaría ayudar a muchas madres que se pueden sentir como me sentí yo durante muchos años. El hecho de compaginar maternidad y trabajo no le resta nada a tu hij@, es más, puede ser un plus.
Diversos estudios científicos han demostrado los efectos positivos en los hijos de las madres que trabajan dentro y fuera de casa, y que más madres lo conozcan es el objetivo de mi libro “¿Somos malas madres?”.
La opinión de mis primeras lectoras  
La primera lectora de mi libro fue Sara. Lo leyó estando en la recta final de su embarazo de su primer hijo. Me dijo que se lo había leído en un día. Al día siguiente compró 5 ejemplares más para regalarlos… no me hizo falta preguntarle qué le había parecido el libro, los hechos son más contundentes que las palabras. Mil gracias, Sara, me hizo una ilusión enorme que lo leyeras y lo compartieras.
Otra de mis primeras lectoras ha sido Daniela… se lo leyó rápido y me mandó un email que no podía hacerme más feliz:

Marta, quería felicitarte, ¡está muy bien! La visión me parece muy interesante porque es un enfoque poco conocido. Es riguroso y ameno a la vez (nada fácil esto)… lo he disfrutado. Ah!! Y me encantaron las recomendaciones musicales

Y no puedo olvidarme de los lectores hombres. Los primeros libros vendidos en Amazon los compraron ellos… y lo han compartido en redes. Solo puedo darles las gracias a Sergi y a Marc por ello, me han mostrado que a ellos también les interesa el tema.
La primera reseña
Y la primera reseña de mi libro, maravillosa, llegó de la mano de mi querido y admirado amigo Juan Carlos Cubeiro, transcribo textual una parte y puedes leerla completa en este link: “Ventajas y temores de las madres trabajadoras”:

“Jornada especial, con la presentación esta tarde del nuevo libro de Marta Grañó, ¿Somos malas madres? La profesora Grañó (ESADE, Universitat de Lleida, Universidad Europea de Madrid) es una de las grandes referencias en Emprendimiento. Procede del mundo de la auditoría (Arthur Andersen), lo que le ha aportado un enorme conjunto de conocimientos prácticos sobre el funcionamiento y el estado real de las empresas, y le apasiona la economía de la educación (el premio Nobel James Heckman, José Antonio Marina, Carmen Pellicer).

Este es un quinto libro, y si cabe, el mejor (si bien ‘¡Vamos!’ es magnífico, con todas las claves para emprender). Dedicado a sus hijos Ares y Pau (“el amor adquirió otra dimensión el día en que os conocí”), con delicioso prólogo de Carmina Ganyet (Inmobiliaria Colonial), consta de tres partes y un epílogo.

La primera parte trata del nacimiento de tu hij@. Marta escribe sobre el impulso a la maternidad (“el amor es el motor más poderoso que mueve la vida”), con las investigaciones de Helen Fisher sobre el enamoramiento y el amor, el reto de crear una familia, la neurociencia de la maternidad (Louann Briizendine), lo que cambia en los varones (Brazelton y Cramer), el factor más decisivo para el futuro de tu hij@(James Heckman: la inversión en educación temprana y el impacto del entorno familiar), el tsunami de la vuelta al trabajo tras ser mamá (el apego o “attachment” de John Bowlby y Mary Ainsworth).

‘¿Qué le aporta a tu hijo el hecho de que seas una mamá trabajadora?’ se titula la segunda parte. Marta se refiere a los estudios de Kathleen McGuinn (Universidad de Harvard) en 2002 y 2012, así como los de Nicholas Christakis y James Fowler: role modelling, influencia del ejemplo y la actitud. Somos el promedio de las cinco personas con las que pasamos más tiempo (Jim Rohn). Influencia en el cerebro (hipocampo, a través del cariño), en el lenguaje (Patricia Kuhl, Universidad de Washington en Seattle). El poder de las conversaciones. La profesora Grañó nos recuerda el estudio de Cerdeña 2007 sobre la heredabilidad: física en un 80%, de salud en un 40%, de carácter en un 20% (a través del temperamento). La actitud marca la diferencia (mentalidad de crecimiento de Carol Dweck, Stanford). En los deportes desarrollamos la mentalidad de los campeones, en la empresa la del liderazgo, en las relaciones sentimentales la mentalidad enamorada. El elogio (reconocimiento) ha de centrarse en el esfuerzo (en lo que haces, no en lo que eres). La Confianza.

En la tercera parte, casos reales de mamás trabajadoras: Eva, Laura, Carme, Anna, Xantal, Miriam, Adriana, Marisa, Susana, Gemma, Rosa y Mercé. Y un consejo final: ELIGE SER FELIZ. La autora cita a Sherryl Sandberg (COO de Facebook) y cómo emerge el Liderazgo Femenino: hace falta sana ambición, evitar el sentimiento de fraude, la simpatía, no irse antes de llegar. “La decisión más importante que una mujer toma respecto a su carrera profesional es si va a tener pareja y quién va a ser esa pareja”. Me gusta la potente sugerencia de Marta Grañó: “Quiérete. Te vas a necesitar”.

La banda sonora del libro es magnífica: ‘¡Que bonita la vida!’ del gran Dani Martín, ‘Never be the same’ de Camila Cabello, ‘7 seconds’ de Neneh Cherry, ‘Photograh’ de Ed Sheran, ‘You’ll be in my heart’ de Phil Collins, ‘More than words’ de Extreme, ‘Mira dentro’ de Maldita Nerea y su preferida, ‘Close your eyes’ de Michael Bubblé.

Un canto inigualable a la maternidad, a la autorrealización profesional y sobre todo al amor. Gracias, muchas gracias, querida Marta Grañó, por un libro tan valioso y útil.”

 
Presentación en Barcelona
El próximo jueves día 13 lo presento en Barcelona. En La Casa del Libro de Paseo de Gracia a las 19.00 h. Tengo el honor de estar acompañada de profesionales extraordinari@s: Xantal Llavina, Carmina Ganyet y Juan Carlos Cubeiro, a quiénes agradezco su apoyo al libro y muy especialmente el apoyo a su propósito: ayudar a más madres que compatibilizan maternidad y trabajo. Me encantará coincidir contigo, si el tema te interesa.

 
Hoy he recibido un mensaje de una chica a través de LinkedIn -a la que no conozco personalmente- en el que me dice que acaba de comprar mi libro, que le motiva todo lo relacionado con el papel de la mujer en el mundo laboral, y sobre todo el papel de las mamás, donde cree que se pueden hacer muchas cosas, … me comenta ‘encontrar el equilibrio es complicado’.
Y realmente lo es…
Creo que, como sociedad, deberíamos contribuir a ese equilibrio,
deberíamos entender que la aportación de las mujeres es imprescindible, en todos los niveles,
las organizaciones deben concienciarse de que queda mucho por hacer y mucho por cambiar
y las mujeres deben entender que ese doble rol es algo muy poderoso,
que las hace crecer a ellas, y también a sus hij@s.
Empieza a ser hora de pensar en maternidad y vida profesional de otro modo,
de ver la maternidad en positivo
y de poner a las MADRES en mayúsculas
 
Capital Letters

 

Never was a leader

never had a thing for fairy tales

not really a believer,

small voice in the quiet

guess I never dared to know myself

Can my heart beat quiet? No…