QUERER APRENDER

 

Esta semana, mi trabajo me ha llevado a Barcelona y a Murcia. Jornadas maratonianas, con muchos km de por medio, con poco tiempo para descansar… y que termino absolutamente feliz.

Mentorizando proyectos emprendedores en Barcelona.

Participando en el programa Magistrae en Murcia, de ENAE y Target, un programa extraordinario en el que participé el pasado martes para hablar de “Innovación desde las personas”.

Un programa con una visión plural, innovadora y diversa del mundo organizativo, dirigido a líderes de primer nivel de importantes organizaciones. Y es que el mundo necesita profesionales con esa visión plural, más allá de sus áreas de trabajo, más allá de su ámbito, capaces de adaptarse a los cambios cada vez más acelerados que se producen en nuestro entorno.

Para mí, sentir interés por diferentes temas es algo natural. Sabes que en mi etapa universitaria en ESADE me especialicé en Finanzas -un ámbito que me parece imprescindible y en el que siempre he defendido que todo el mundo debería tener unos ciertos conocimientos-, me he especializado en Innovación -para lo cual me he certificado en diversas metodologías-, mi hobby es escribir -he publicado 5 libros, escribiendo el sexto-, me encanta leer, me interesa la psicología, disfruto cocinando, me entusiasma la educación, me apasiona la música…

No veo nada raro en compaginar intereses en temas muy diversos. Tal vez por ello, hace unas semanas compartía por whatsapp un artículo con mi hija -en ese momento, ella llena de dudas sobre qué opción elegir en la universidad, porque le encantan mil temas, que se le dan muy bien, y escoger le resultaba complicado-, que me pareció que le encajaba a la perfección: “Personas tipo T o la personalidad renacentista, un perfil muy demandado”.

 

Personas tipo T – personalidad renacentista

En el artículo, definen a las personas tipo T como “aquellas personas que, aun siendo competentes en un área, son también hábiles en muchas otras porque aplican la curiosidad y el deseo constante por seguir aprendiendo”.

El término “T-shaped persons” fue acuñado en los años 80 por la consultora McKinsey cuando buscaba empleados tipo T. ¿Qué era lo que querían? Buscaban personas con habilidades cruzadas: muy especializadas en una materia en concreto (parte vertical de la letra T) y hábiles también en otras materias más generales (parte horizontal de la T).

Las personas tipo T son, por tanto, aquellas que tienen competencias profundas en un área de conocimiento específica, y la dominan ampliamente. Además, tienen una gran variedad de intereses en otras áreas muy distintas, en las cuales tienen conocimientos.

Estas personas ‘tipo T’ fueron denominadas, unos años más tarde, en el mundo de la psicología empresarial como la ‘personalidad renacentista’.

Personalmente, creo que el término ‘personalidad renacentista’ es muy gráfico y nos hace evocar a determinad@s profesionales. Para mí, Juan Carlos Cubeiro es un claro caso de personalidad renacentista, un profesional líder a nivel mundial en Liderazgo y Talento, a la vez que interesado, curioso, gran conocedor de educación, economía, cine, deporte ….  Con sus profundos conocimientos en muchos ámbitos, su memoria prodigiosa y con guiños al Renacentismo como su libro “Leonardo Da Vinci y su códice para el liderazgo” -nada es casual-.

Las personas con una curiosidad innata y una capacidad importante de dedicación y concentración (el aprendizaje requiere de un esfuerzo) tienen un valor añadido importantísimo, para la sociedad y para las organizaciones.

El artículo señala:

“Las personas tipo T están cada vez más demandadas en el mundo laboral. Perfilan un tipo de comportamiento y de enfoque personal de alto valor que está transformando el modo de trabajar, de abordar los desafíos cotidianos y de innovar en nuestras organizaciones. Se trata de personas especializadas en una materia, pero que al mismo tiempo saben diversificarse hasta el punto de ser muy hábiles en muchas otras funciones.”

Las características de las personas tipo T son las siguientes:

Flexibles – Son personas poco rígidas, saben usar dinámicamente una idea y tienen una elevada capacidad de adaptación

Gran capacidad para relacionar temas – Relacionan ámbitos diferentes de conocimiento, aplican el conocimiento adquirido en una área a otra totalmente distinta.

Deseo de aprender  – Les gusta aprender, sienten curiosidad y el aprendizaje les genera satisfacción.

Tolerantes con la incertidumbre. – Son capaces de trabajar en entornos de incertidumbre, saben gestionar lo inesperado.

Persistentes. Se concentran y trabajan, con rigor, son insistentes en lo que hacen, dedicando mucho tiempo a dominar el campo que les interesa. 

 

El interés por aprender te suma siempre

Mantener una actitud abierta a lo nuevo, sentir interés por ver el mundo desde otras perspectivas y ser capaz de aplicar los conocimientos adquiridos a tu día a día conforman un valioso capital humano en cualquier entorno. El interés por aprender te suma siempre.

Si eres capaz de reaccionar a los nuevos retos, de aplicar otros enfoques y de salir de los modelos encorsetados, te van a necesitar.

Para ello, es necesario querer aprender.

El verbo aprender conjuga mal en imperativo.

Aprender correlaciona con la voluntad de hacerlo, libremente. Para aprender hay que querer aprender.

El interés por cualquier tema nace de ti, puede ser interés en la música, en la filosofía, en el deporte, en cocinar, en dibujar, …. ¡yo que sé!  En cualquier cosa. Cuando algo te interesa, no quieres dejar de aprender. Y eso es algo que te hace evolucionar y que te ayuda a crecer.

Aprender más de lo que te gusta, ¿ qué es aquello que te encanta hacer, que se te pasan las horas sin darte cuenta ?, ¿ cuál es tu hobby ? … aprender ahí te da valor, te diferencia y te hace destacar. No perder la ilusión por aprender…

Querer aprender marca esa sutil diferencia entre crecer… y hacerse mayor.

No dejes de aprender… quién deja de aprender deja de vivir

 

Hoy una canción que en los últimos meses no ha dejado de sonar en los stories de Instagram y que, por supuesto, adiviné enseguida cuál era cuando me preguntó mi hija… (ventajas de que me guste la música y de aprenderme la letra de todas las que me encantan)   ¿te suena?


I know I’m just a fool who’s willing
to sit around and wait for you
but baby, can’t you see there’s nothing else for me to do…?

 

O en su versión original (inigualable Olivia Newton John)

 

 

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