Se busca talento. Se busca talento joven, talento directivo, talento científico, talento deportivo,… Se busca talento para un mundo cambiante. Y, de momento, existen serios problemas para encontrarlo.
Diversos estudios internacionales coinciden en señalar la escasez de talento. La falta de talento será el principal reto en la gestión de recursos humanos en todo el mundo en los próximos años. Así lo señalan estudios como los realizados por Boston Consulting Group, o la propia “Encuesta de escasez de talento” que publica Manpower Group.
Realmente parece extraño, a priori, que en una sociedad con las tasas de desempleo actuales puedan existir dificultades para cubrir puestos de trabajo. Pero, el origen del problema es claro: la escasez de talento. Debemos, pues, ser conscientes de la necesidad de desarrollar el talento. Pero, ¿cómo encontramos el talento?
5 CLAVES PARA ENCONTRAR TALENTO
1 – DÓNDE BUSCAR
Utiliza en la vida los talentos que poseas:
el bosque estaría muy silencioso
si solo cantasen los pájaros que mejor cantan.
Henry Van Dyke
Para encontrar talento, es necesario saber mirar y saber escuchar. Para encontrar talento en una persona, es necesario buscar cosas que se le den bien, y estas cosas pueden estar en cualquier ámbito, no podemos buscar simplemente entre el contenido académico.
Existe talento más allá del talento matemático, del talento científico o del talento musical. No podemos buscar solo determinados talentos. El talento puede estar en muchas áreas de la vida, es necesario mantener una mentalidad abierta para encontrarlo.
2 – TALENTO COMO FACTOR GENÉTICO
Una parte del talento proviene de la herencia genética. Eso es algo que no podemos negar. No hay más que ver algunos estudios científicos que han analizado los registros genealógicos de cientos de académicos, artistas, músicos y otros profesionales, concluyendo que el talento tiende a darse en familias –un estudio de F.Galton, encontró a más de 20 músicos eminentes en la familia Bach-.
Por tanto, la genética puede influir en el talento, aunque no sea la única determinante.
3 – TALENTO COMO FACTOR AMBIENTAL
También el talento se desarrolla como consecuencia del entorno en el que se desenvuelve una persona. El factor ambiental puede ayudar de forma muy significativa, ya que sabemos que el entorno familiar, escolar y social de una persona influye en su desarrollo.
El entorno es determinante para las personas. Lo he comentado en otras ocasiones, como en el artículo “Las emociones si importan”, al comentar cómo el cariño influye positivamente en el desarrollo del hipocampo o cómo la familia influye en el lenguaje que va a utilizar una persona. Para conseguir que un niño crezca, en toda la dimensión de la palabra, no basta con la adquisición de conocimientos. Generar un clima emocional positivo también va a influir en su desarrollo.
4 – LA REGLA DE LAS 10.000 HORAS
“Hay un genio latente en todos y cada uno de nosotros.
El asunto es si queremos pagar el precio para liberarlo“.
Juan Carlos Cubeiro
Sin contradecir lo expuesto hasta aquí, nos queda un aspecto esencial: para desarrollar el talento es necesario invertir un esfuerzo importante en la denominada “práctica deliberada”
Como dice el gran experto en talento Juan Carlos Cubeiro, todos tenemos un genio latente, pero la cuestión es si estamos dispuestos a pagar el precio para liberarlo. Y el precio se debe pagar en horas de práctica, en horas de trabajo. Diversos estudios señalan que se requieren diez mil horas de práctica para alcanzar el nivel de dominio propio de un experto.
El primero en formular la “regla de las 10.000 horas” fue el psicólogo K. Anders Ericsson. Ericsson realizó un estudio en la Academia de Música de Berlín, a principios de los 90, donde encontró que la diferencia entre músicos con diferentes niveles de desempeño radicaba en el número de horas de práctica deliberada que había invertido cada uno. El grupo con el desempeño más elevado tenía un promedio acumulado de 10.000 horas de práctica, frente a niveles mucho más bajos de horas del resto de los músicos observados. Así, el estudio concluía que el esfuerzo prolongado, y no el talento innato, era el que explicaba las diferencias entre el nivel de excelencia y la mediocridad.
La regla se cumple en todos los casos. Aunque alguien pueda pensar que existen casos de genios innatos como Mozart, se ha demostrado que no es así. El psicólogo Michael Howe ha estudiado en profundidad la biografía de Mozart y escribe en su libro “Fragmentos de genio”:
“Conforme a los parámetros de los compositores maduros, las primeras obras de Mozart no son excepcionales. Las piezas más tempranas probablemente las escribió su padre, quizás introduciendo mejoras en el proceso. Muchas de las composiciones de su niñez son en gran parte arreglos de obras debidas a otros compositores. Entre aquellos conciertos que sólo contienen música original de Mozart, el más temprano de los que hoy están considerados obras maestras (el nº 9, K. 271) no lo compuso hasta los veintiuno. Para entonces, Mozart ya llevaba diez años componiendo conciertos.”
Podemos encontrar multitud de análisis que demuestran que los factores genéticos y ambientales por si solos no son suficientes para el desarrollo del talento.
5 – LA MIELINA
“El talento solo tiene sentido
si hay motivación para seguir aprendiendo”
Juan Carlos Cubeiro
Y la quinta clave del talento está en la mielina.
¿Qué es la mielina? Una capa aislante que envuelve a las fibras nerviosas y aumenta la fuerza, la velocidad y la precisión de la sinapsis (conexión neuronal).
Dan Coyle, en su libro “Las claves del talento”, explica que la clave neurológica para desarrollar el talento está en la mielina. Cuanto más entrena una persona, más se “mieliniza” el circuito neuronal. “La mejor manera de construir un buen circuito es activarlo, prestar atención a los errores y luego activarlo de nuevo una y otra vez. El esfuerzo no es una opción, es una exigencia biológica”.
El estudio de Dan Coyle nos demuestra, desde el punto de vista neurológico, que el talento es cuestión de desarrollo. Siempre sobre la base de cada persona, es cuestión de perseverancia y de tener buenos entrenadores.
En definitiva, para encontrar ese talento tan buscado:
- hay que saber mirar bien para descubrirlo
- reconocer el componente genético como una parte del talento
- ser conscientes del impacto del componente cultural y de entorno como generador de talento
- aplicar la regla de las 10.000 horas
- y recubrir de mielina el circuito neuronal, algo que solo se consigue con trabajo.
Todo lo valioso es difícil de conseguir, y está claro que el talento es un bien muy preciado. Para conseguir que el talento aflore, es necesario el trabajo consciente y perseverante. Cuando vemos a una persona con talento, es fácil pensar en el componente genético, o en el componente de su entorno, pero esas dos componentes por si solas no son suficientes. Es una decisión personal de cada uno desarrollar el talento o despreciarlo.
Muchos creen que tener talento es cuestión de suerte,
nadie que la suerte pueda ser cuestión de talento.
Jacinto Benavente
Artículo publicado en INED21
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