«El talento, en buena medida,

es una cuestión de insistencia»

Francisco Umbral

 
Oímos a hablar con frecuencia de talento. Nuestra sociedad busca talento.
En la Conferencia Internacional en París en la que participé, el objetivo era abordar los nuevos retos ante un mundo VUCA (acrónimo en inglés de Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo), y sin duda uno de los grandes retos lo constituye el desarrollo de talento.
¿Se puede desarrollar el talento?
Con frecuencia, se considera el talento como una cualidad heredada. Como si existieran personas que nacen con talento y personas que nacen sin él. La polémica entre herencia y educación está muy arraigada. Existe la opinión de que el talento es cosa de unos pocos.
Es obvio que todas las personas no nacemos iguales. Observando a l@s niñ@s, se detectan rápidamente las diferencias de cada uno de ellos. Pero precisamente porque son distintos, todos pueden alcanzar distintos talentos.
Porque si nos remitimos a los estudios científicos, no podemos atribuir todo a la genética. Esta semana, escuchaba a Mario Alonso Puig explicar la decepción que supuso para la comunidad científica cuando en 2001 se finalizó la secuenciación del genoma humano. Este trabajo demostró que humanos y chimpancés comparten la mayor parte del ADN. Por tanto, es evidente que los factores genéticos no son determinantes, y que los factores sociales y culturales afectan a las personas en una medida mucho mayor de lo que pensábamos. Y aquí podemos apoyarnos en muchos estudios científicos.
Empezando por James Heckman, Premio Nóbel de Economía, cuyos estudios llegan a la conclusión de que el primer motivo de diferencias entre las personas es el que él denomina el «accidente del nacimiento». Las conclusiones de Heckman destacan que el entorno familiar condiciona mucho los resultados a los que puede aspirar un niño al alcanzar la edad adulta que cualquier otro factor. En concreto, habla del “accidente del nacimiento” para referirse a que el azar de nacer en una determinada familia constituye una fuente importante de desigualdad. La diferencia de capacidades entre los niños desfavorecidos y los de familias acomodadas comienza a detectarse en una edad muy temprana. El contexto familiar de los párvulos es un factor que permite predecir con bastante precisión sus futuras capacidades cognitivas y socioemotivas, incluso permite predecir con alta probabilidad su futuro profesional. No es algo inamovible, pero si es un condicionante.
Por tanto, no nacemos con talentos innatos. El talento se debe desarrollar. Coincido totalmente con lo que expone el filosofo José Antonio Marina cuando señala que «No existen talentos innatos. Existen capacidades innatas y estas se desarrollan o no».
¿Gana siempre quien tiene las mejores cartas? No, la habilidad de jugarlas puede marcar la diferencia. Con nuestras capacidades sucede exactamente lo mismo.
La educación es la gran desarrolladora de talento. La importancia de la educación en nuestra sociedad es fundamental, pero sabemos que no vamos bien. El gran experto en talento Juan Carlos Cubiero nos recordaba esta semana desde su blog las investigaciones de Heckman y su máxima»no hay inversión más rentable que la educación», aunque acababa indicando «lástima que la mitad de los españoles no sean conscientes de ello. La educación es como todo: si no crees en ella, si no la quieres, no la creas. Sin educación, el talento -si es que alguna vez lo hubo-, se pierde».
Juan Carlos Cubeiro nos indica en su libro «Del capitalismo al talentismo» que el talento innato está sobrevalorado. Básicamente, porque es un talento falso. La diferencia está en lo que define como “práctica deliberada”, o lo que es lo mismo, las famosas 10.000 horas de trabajo y esfuerzo, para mejorar y llegar a dominar cualquier disciplina.
El talento se desarrolla. Desde la educación y desde el propio esfuerzo.
Si quieres ser bueno en un ámbito, debes ponerte a trabajar en ello. Deberás trabajar y dedicar muchas horas,  hasta que lo que puedas sacar de dentro merezca la pena ser leído. Está claro es que el éxito no te viene a buscar a casa, ni se activa por arte de magia. Si puedes intuirlo, puede estar en todas partes en forma de oportunidad… porque las oportunidades se fabrican, es casi una mera cuestión de insistencia.
Desarrolla tu talento porque en este mundo VUCA lo vas a necesitar. No dejes nunca de aprender, mantén una actitud positiva y aprende a gestionar tus emociones, tus actos y tus palabras. Descubre tus capacidades y no las escondas. No esperes al momento apropiado para dejarlas salir… el momento es siempre hoy.  Si tienes un sueño, ve a por él… porque no hay servicio a domicilio.