La vida da muchas vueltas pero, al final, siempre volvemos a lo que realmente nos motiva.

En esta semana extraña de puente de diciembre, entre mis clases en Madrid y presentaciones de nuevos proyectos, con el estrés propio de las últimas semanas del año, pensaba en que tengo mucha suerte de trabajar en lo que me apasiona. Creo que determinado nivel de estrés y de presión es muy complicado soportarlo, a no ser que tu trabajo te encante. Y, en mi caso, no puede ser de otro modo, soy una firme convencida de la importancia de la educación y trabajar en ello da sentido a mi día a día. Mi gratitud inmensa a mis alumnos de OBS con los que he finalizado ahora mi asignatura en su programa de Máster en Transformación Digital por sus mensajes de agradecimiento que me han hecho llegar -no puedo sentirme más feliz-, al igual que a las asistentes de mis programas de liderazgo femenino por sus palabras hacia mí -me sigo emocionando con estos detalles maravillosos, como el de Vito desde LinkedIn esta semana-. Trabajar en educación y formación es algo extraordinario, fundamentalmente porque la inversión más importante que puedes hacer en tu vida es justamente la inversión en educación.

Y es que tienes muchas opciones de inversión: puedes invertir en criptomonedas, en inmuebles, en acciones, en fondos sofisticados, en startups… la lista puede ser muy larga. Pero te aseguro que la inversión más rentable que puedes hacer es en educación.

Invertir en educación  

Es más rentable invertir

en párvulos que en Bolsa

 

James Heckman, premio Nobel de Economía del año 2000, ha demostrado con sus trabajos de investigación que es más rentable invertir en párvulos que en bolsa. Ya lo comenté –hace unos años– en mis publicaciones en INED21.

La afirmación puede sorprender, especialmente por el hecho de mezclar el mundo de la educación y el de la economía. Pero es que ambas disciplinas se interrelacionan de un modo muy intenso. La potente relación entre economía y educación es un tema apasionante, en el que inicié mi trabajo de investigación de doctorado. La inversión en educación es necesaria y es fundamental para el desarrollo de nuestra sociedad. Son numerosos los autores que así lo han señalado.

James Heckman ha analizado, en concreto, la inversión en atención y educación de la primera infancia (AEPI), señalando que invertir en aptitudes socioculturales del niño -como la motivación o la confianza en sí mismo- genera más beneficio económico y social que otro tipo de inversiones.

¿Por qué es rentable invertir en educación?

Los trabajos de investigación científica de los últimos años han demostrado los beneficios de una educación temprana de calidad. La ecuación es simple, a mayor nivel de educaciónmayor nivel de renta de la persona.

«La inversión en educación es necesaria y es fundamental para el desarrollo de nuestra sociedad».

Theodore Shultz fue el primer investigador que señaló la educación como una forma de inversión. Sus trabajos demostraron, por vez primera, que la educación conduce a las personas a mejorar su nivel de renta y su nivel de bienestar. Sus estudios le valieron el Premio Nobel de Economía en 1979. El fracaso escolar es un lastre social por su impacto en las familias, la salud y la cohesión social. Y el problema tiene, además, un impacto directo en las arcas públicas, pues a menor formación menor salario y menor consumo. Algunos estudios han cuantificado que una persona con estudios universitarios paga en impuestos casi el triple que las personas sin estudios.

Los datos son muy relevantes especialmente para aquellos países que cuentan con un elevado índice de abandono prematuro de los estudios, como puede ser el caso de España –con un índice del 29% frente al 14% de la UE–. Y más, si tenemos en cuenta que, a pesar de las múltiples reformas educativas, la tasa se mantiene prácticamente estable desde hace muchos años.

Las investigaciones de James Heckman

Los trabajos de James Heckman han concluido que la rentabilidad de invertir en educación infantil es superior a otros tipos de inversión.

Las conclusiones de Heckman destacan que el entorno familiar condiciona mucho los resultados a los que puede aspirar un niño al alcanzar la edad adulta. En concreto, habla del «accidente del nacimiento», para referirse a que el azar de nacer en una determinada familia constituye una fuente importante de desigualdad.

La diferencia de capacidades entre los niños desfavorecidos y los de familias acomodadas comienza a detectarse en una edad muy temprana. El contexto familiar de los párvulos es un factor que permite predecir con bastante precisión sus futuras capacidades cognitivas y socioemotivas.

Si una sociedad invierte en educación en edad temprana, fomenta la escolaridad, reduce la delincuencia, mejora las aptitudes de los niños y les conduce a obtener mejores niveles de renta en su vida profesional futura. Un mayor nivel de renta repercute en mejorar la vida de la persona y contribuir con un mayor nivel de impuestos a la sociedad y, por tanto, genera un mayor bienestar social. Invertir en medidas que palien las diferencias entre los niños en edad infantil es una inversión rentable. El Dr.Heckman señala que la formación que se va sumando a lo largo de la vida es dinámica.

«Las competencias generan competencias y la motivación produce más motivación. Si un niño carece de motivación para aprender y emprender desde los primeros años, es muy difícil que en la edad adulta tenga éxito profesional y social».

Sus conclusiones indican que no se trata simplemente del nivel de ingresos de los padres. Lo más importante es la calidad del contexto familiar y social que los niños encuentran en su infancia.

Los primeros años de la vida de un niño «son decisivos para la génesis de las aptitudes cognitivas, mientras que la adolescencia es una etapa importante para la génesis de aptitudes no cognitivas».

Heckman señala que las medidas que se aplican de forma tardía para compensar la desventaja inicial suelen ser más costosas e ineficaces. Las medidas que se aplican en los primeros años de los niños son más efectivas que las tardías.

La inversión más rentable

Los países con mayores tasas de crecimiento son países que destinan inversiones importantes a la Educación, que tienen claro el impacto que tiene la Educación en la Economía de la sociedad.

La clase política debería tener muy en cuenta estos estudios e intentar dirigir las políticas públicas a mejorar la inversión en educación, no solo en términos de cifras, sino también en términos de calidad.

Y la educación es importante no solo para cada una de las personas a nivel individual, sino también para la sociedad en su conjunto. Es una inversión que genera su rentabilidad a largo plazo, un retorno muy potente y fundamental para las personas.

No puede pasar un solo día sin que esté más y más convencida de la importancia de la educación. 

Dedicar tiempo a aprender, mantener una actitud abierta a lo nuevo, sentir interés por ver el mundo desde otras perspectivas y ser capaz de aplicar los conocimientos adquiridos en tu día a día te hace crecer y te suma valor. No hay inversión más valiosa….  

La educación es tu mejor inversión.  

Y eso es lo que da propósito a mi vida.

Purpose, una canción que he escuchado esta semana…

para desearte un gran día y darte las gracias por leerme.