Juntas construyendo un futuro más equitativo

 

Hoy es el Día de la Mujer Emprendedora. Un día en el que se unen dos palabras fundamentales en el día a día de mi trabajo: “mujer” y “emprendimiento”, así que no puedo dejar pasar la oportunidad de comentar un poquito sobre ello.

El mundo del emprendimiento ha cambiado radicalmente en unos años. Hemos visto cómo se ha incrementado el número de personas que inician nuevos proyectos en los últimos años. Hemos pasado de una tasa de actividad emprendedora (TEA) del 4,6% en 2002 a una tasa del 6% en 2022 y con una tasa de emprendimiento potencial del 9,4% (intención de emprender en los próximos 3 años) (TEA es la tasa de actividad emprendedora y se define como el porcentaje de población adulta que están implicados activamente en la puesta en marcha de un negocio). En un avance lento y sostenido, el emprendimiento va ganando espacio en nuestra sociedad.

Por otra parte, la situación de la mujer también ha cambiado en los últimos años. El objetivo de igualdad de género ha avanzado y ha conseguido grandes logros. El 19 de noviembre de 1933 fue la fecha en la que las mujeres españolas votaron por primera vez. Se han conseguido avances en derechos, en educación, en la legislación internacional y en la visibilidad de la mujer.

Sin embargo, todavía queda recorrido por caminar. Las mujeres todavía enfrentan barreras, muchas de las ellas debidas a estereotipos y prejuicios que se han perpetuado a lo largo de los años y que mucha gente no ve, porque son inconscientes. Son obstáculos que no sólo limitan el potencial individual de las mujeres, sino que también restringen la diversidad y la riqueza de nuestras economías y sociedades. Desde OBS Business School publicamos este año el informe «Mujer y liderazgo 2023», para dar luz sobre la situación real que se vive en la actualidad.

 

 

Extracto de mi “Informe Mujer y Liderazgo 2023” – OBS

 

Persiste en el mundo una situación de desigualdad de género en posiciones de liderazgo. A pesar de los avances conseguidos, la realidad demuestra que la mitad de la población sigue lejos de la visibilidad, el poder y las oportunidades de la otra mitad, lejos de alcanzar el 5º Objetivo de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas: “Conseguir la igualdad entre géneros”.

El primer gran reto que tenemos como sociedad, para acabar con la situación de desigualdad de género en posiciones de liderazgo, es que las personas sean conscientes de que todavía persiste dicha desigualdad.

Una gran parte de la sociedad cree que la desigualdad de género está ya superada. Porque las mujeres se han convertido en la mitad del alumnado en las universidades, son la mitad de la plantilla de muchas empresas y se ha avanzado en derechos sociales. Sin embargo, creer que se ha alcanzado la igualdad de género en puestos de liderazgo es una falacia y lo abordaremos desde las cifras estadísticas.

Necesitamos avanzar en materia de igualdad y, para ello, es preciso derribar estereotipos que todavía persisten y que tienen una incidencia importante en este ámbito. No podemos obviar que los estereotipos de género son el germen de la desigualdad laboral y que todavía perviven, aunque muchos se empeñen en negarlos.

De los diversos estereotipos de género que perviven en nuestra sociedad, vamos a centrarnos en dos que tienen un impacto especialmente significativo.

 

El estereotipo de líder

En primer lugar, el estereotipo de persona líder, que se centra en cualidades típicamente masculinas.

La sociedad va interiorizando tópicos y estereotipos que, con los años, pasan a considerarse verdades absolutas, aunque carezcan de fundamentos científicos reales que los sustenten. El ámbito del liderazgo ha sido especialmente proclive a la creación de una serie de estereotipos que están fuertemente arraigados.

Los estereotipos existen en nuestra sociedad e influyen en los patrones de conducta. Si examinamos los estereotipos de género -ideas preconcebidas sobre los atributos, las características o la función que poseen o desempeñan las mujeres y los hombres- comprobaremos el impacto que tienen a nivel social.

Los estereotipos de género son ideas preconcebidas que son tomadas como verdades absolutas, aunque no existan fundamentos reales para ello. Por tanto, las personas no se plantean si esa idea es cierta o no, porque sencillamente parten de la idea que si lo es.

Los estereotipos de género pueden ser aparentemente “inocentes” -como, por ejemplo, “las mujeres son emocionales”- o pueden ser abiertamente hostiles -como, por ejemplo, “las mujeres son mejores siguiendo órdenes” frente al estereotipo “los hombres son mejores líderes”.

La persistencia de la brecha de género en nuestra sociedad lleva a una situación en la que los puestos de liderazgo -en cualquier ámbito, en cualquier organización – están ocupados mayoritariamente por hombres. Desde hace siglos, los modelos de liderazgo que hemos tenido como sociedad han sido masculinos. Y eso ha conducido a asociar las competencias necesarias para el liderazgo con competencias típicamente masculinas.

Sobre el estereotipo de persona líder, que se centra en cualidades típicamente masculinas, hemos comprobado que los estudios muestran que, en las competencias relevantes que marcan la diferencia para conseguir un liderazgo extraordinario, destacan mayoritariamente las mujeres. Este es un análisis que desmonta totalmente el tópico de asociar liderazgo a patrones masculinos. (Ver el análisis en la pág. 14 del informe en este link: Informe Mujer y Liderazgo 2023 )

No existen fundamentos científicos que demuestren que cualidades como la empatía, la amabilidad o el desarrollo de otras personas sean un impedimento para desarrollar un liderazgo efectivo. En un mundo lógico, no es difícil darse cuenta de que la gente está mejor cuando sus líderes son empáticos en lugar de insensibles, amables en lugar de autoritarios y que hacen crecer a sus equipos en lugar de frenarlos.

 

El estereotipo de incompatibilidad entre maternidad y carrera profesional

En segundo lugar, me voy a detener en el estereotipo de incompatibilidad entre maternidad y carrera profesional. Existe un paradigma en negativo sobre maternidad y liderazgo.

En relación con el estereotipo de incompatibilidad entre maternidad y carrera profesional, hay que destacar que las madres sufren una discriminación adicional a la de género y se las penaliza profesionalmente por el hecho de ser madres, tal y como han demostrado estudios científicos.

Es habitual escuchar supuestas implicaciones negativas de compatibilizar maternidad y trabajo, como por ejemplo que una mujer que es madre no puede estar al 100% en el trabajo o comentarios sobre lo bueno que es para un bebé que su madre esté siempre con él. Pero lo que no es habitual escuchar es referencias a todo aquello positivo que le aporta a un bebé el hecho de que su madre trabaje dentro y fuera de casa, al igual que se habla poco de todo lo que le aporta a una empresa el hecho de tener a mujeres -también si son madres- en puestos de responsabilidad.

Al contrario de lo que indican las creencias populares, los estudios científicos demuestran que, si eres madre y lo compatibilizas con tu trabajo, le aportas un plus a tus hijos.

Frente a este paradigma en negativo, el informe presenta argumentos científicos para atajar el sentimiento de culpa de las madres que trabajan. Los estudios académicos reflejan que compaginar maternidad y trabajo es positivo para las mujeres, para sus hijos y para la sociedad en su conjunto. (Ver el análisis en la pág. 20 del informe en este link: Informe Mujer y Liderazgo 2023 )

Asimismo, destaco también que las empresas con más mujeres en posiciones de liderazgo son más rentables. Lo ha demostrado el resultado de estudios cualificados que analizan la relación que existe entre la rentabilidad de las empresas y el hecho de tener mayor o menor presencia femenina en puestos de responsabilidad.

 

Es momento de recordar al mundo los datos y estudios científicos sobre mujer y liderazgo. Porque las personas podemos tener opiniones distintas, pero no podemos tener datos distintos.

Frente a los estereotipos que persisten, hay que mostrar la información estadística y científica relevante, mostrar la realidad, para desmontar tópicos que frenan el ascenso de más mujeres y conseguir una sociedad más justa.

Necesitamos derribar estos estereotipos para construir un futuro más igualitario y próspero. Debemos cambiar las narrativas obsoletas, desafiar las normas convencionales y fomentar un entorno de apoyo, porque todo ello no solo empodera a las mujeres líderes y emprendedoras, sino que también enriquece el ecosistema empresarial y el mundo.

Generar entornos dónde trabajar en ello, mostrar los datos al mundo, crear comunidades de mujeres que comparten y crecen juntas es necesario. Y la realidad nos demuestra que funciona y genera resultados. El feedback en todos mis programas femeninos es extraordinario, ellas afirman que han avanzado. Y, aunque es posible que algunas de ellas llegaran al programa pensando en que, tal vez, no era necesario, han salido del mismo convencidas de su necesidad, diciendo que mi programa no es un programa de formación sino un programa de transformación. Mi agradecimiento desde el corazón a todas las mujeres extraordinarias que me formáis parte de mis programas por todo lo que aportáis y por haberlo compartido en redes como LinkedIn.

Crear una comunidad que suma. Para compartir, colaborar y crecer. Con el apoyo de ellos, porque ellos también están convencidos de que esto debe avanzar. Porque no se trata de una guerra entre géneros, nada más lejos de la realidad. Se trata de sumar y de asegurar que estemos todos en la foto, no sólo una parte.

Hemos demostrado que cuando conectamos nuestras mentes y nuestros corazones, cuando colaboramos y nos apoyamos mutuamente, podemos llegar mucho más lejos.

Juntas estamos construyendo un mundo más equitativo, donde todas las personas tengan la oportunidad de alcanzar su máximo potencial y en el que el género no condicione tu capacidad para emprender y alcanzar tus objetivos.

Feliz día internacional de la mujer emprendedora.

 

 

 

Y hoy me quedo con una canción que llegó a mi WhatsApp y que he escuchado mucho esta semana, para darte las gracias por leerme y desearte una feliz semana.

 

Puede ser

 

y dicen que

si una puerta se cierra se abre otra, no sé

más grande más bonita y más fácil que ayer…

más fácil que ayer