Empatía.

Sentir con el corazón de otro

 

Lo más bonito de mi trabajo es poder ayudar a otras personas.

Recibo mensajes que me cargan de energía y que agradezco de corazón. Esta semana me escribió una de las alumnas de un curso que di hace unos meses, para darme las gracias por inspirarle a impulsar un cambio en su vida y contarme cómo le está yendo. Cada vez que recibo feedback de mi trabajo siento que lo que hago merece la pena.

Ayudar a facilitar el cambio. Ese es mi trabajo. Acompañar en ese camino de transición que tan difícil resulta a veces. Y para poder hacerlo, es necesario siempre entender qué le sucede a la persona que tengo delante, comprender qué la mueve y ser capaz de ponerme un poquito en su lugar… algo que se llama ‘empatía’ y que, muchas veces siento que yo la experimento en exceso.

La empatía es una capacidad excepcional, programada genéticamente en nuestro cerebro, que nos lleva a sintonizar con los sentimientos de los demás. La empatía es muy necesaria y, sin embargo, no todo el mundo logra encender esa luz que nos ilumina sobre qué sienten otras personas.

Decía Stephen Covey «trata de comprender, antes de ser comprendido». Y es un consejo muy poderoso para aplicar en nuestro trabajo y en nuestra vida personal.

 

La empatía como habilidad fundamental

La empatía siempre ha sido siempre una habilidad fundamental para l@s líderes, como han demostrado distintas investigaciones, pero actualmente está adquiriendo un nivel superior de importancia, como señala este artículo publicado hace unos días en Forbes.

 

 

Hoy la empatía es más necesaria que nunca porque se ha demostrado que los líderes con empatía contribuyen a elevar los niveles de:

innovación

compromiso

retención

inclusión

equilibrio

 

Los líderes pueden mostrar empatía de dos maneras:

a través de la empatía cognitiva, «si yo estuviera en su posición, ¿qué estaría pensando ahora?»

y usando la empatía emocional «estar en su posición me haría sentir …”

La empatía contribuye a mejorar las relaciones con otras personas, a fortalecer la cultura organizacional y lleva, al final, a conseguir mejores resultados.

La empatía es una capacidad que fue contrastada por la comunidad científica en los años 90, tras el descubrimiento de las «neuronas espejo» por parte del neurobiólogo Giacomo Rizzolatti, un fenómeno que tiende un puente de cerebro a cerebro y sitúa a dos personas en la misma longitud de onda, lo cual permite a una de ellas sentir lo que siente la otra -o a las dos-.

 

Claves para mejorar la empatía

Estas son algunas claves que te pueden ayudar a mejorar tu empatía:

Practica la escucha con la intención de entender a la otra persona.

Parte de la base de que cada persona es única y tiene su propio punto de vista.

Entrena tu capacidad de entender tus propias emociones, para que te sea más fácil entender las de los demás.

Evita aconsejar.

Enfócate en comprender a la otra persona en vez de juzgarla.

 

Cuando entiendes a la otra persona y te pones en su lugar, sucede esa extraña magia de una conexión real e intensa. Desde esa posición de conexión, puede fluir mejor el diálogo, puedes sentir una conexión única.

Aunque hay que ir con cuidado, y no desarrollarla en el grado extremo…

 

Empatía excesiva

Algunas personas desarrollamos la empatía en un nivel excesivo. Lo escribí hace unos meses en mi post sobre las personas altamente sensibles, después de descubrir que yo lo soy.

Las personas altamente sensibles presentan una serie de rasgos comunes. Según la psicóloga Elaine Aron, la Alta Sensibilidad está ligada a la existencia de 4 factores, entre ellos la empatía. La investigadora propuso su propia regla mnemotécnica a través del acrónimo D.O.E.S. para conocer si una persona puede considerarse altamente sensible.

 

D – Depth of Processing – Profundidad de Procesamiento

Hace referencia a la tendencia a dar vueltas a los mismos pensamientos y a llevar a cabo un análisis profundo de los mismos. Evalúa y compara escenas pasadas y las del presente para decidir la acción antes de ejecutarla. (una característica que estaréis de acuerdo en que es bastante femenina, que tendemos al ‘overthinking‘)

O – Overstimulation – Sobre estimulación o saturación

Esa profundidad de procesamiento, junto con la gran emocionalidad, son factores que pueden desencadenar saturación y sobre estimulación por el exceso de información y el procesamiento profundo de ésta. Algo que fue demostrado en un estudio desarrollado por Friederike Gerstenberg y publicado en Personality and Individual Differences (2012).

E – Emotional Reactivity & Empathy – Gran emocionalidad y empatía

La PAS manifiesta una gran intensidad emocional en cada una de sus emociones. Suele sentirse identificada con vivir en una montaña rusa de emociones. Tiene mayor capacidad de empatía y presenta más actividad en las zonas del cerebro donde se ubican las neuronas espejo.

*The highly sensitive brain: An fMRI study of sensory processing sensitivity and response to others’ emotions. Brain and Behavior, 4, 580-594

S – Sensing the Subtle – Sensibilidad hacia las sutilezas

Tienen capacidad para percibir sutilezas -que otras personas no advierten- a través de los sentidos, como olores, sabores, sonidos, detalles de la música, texturas e incluso en el plano visual suelen detectar pequeños detalles no percibidos por el resto de personas.

 

¿Te identificas con estos rasgos? En mi caso, forman parte de mi vida.

Ser altamente sensible significa tener una mayor sensibilidad emocional y una mayor reactividad en el sistema nervioso.

Sentir el dolor de las personas que tienes alrededor, empatizar con los demás, … no es fácil -lo sé muy bien-. 

Lo ideal sería estar el término medio, como nos señalaba Aristóteles “la virtud está en una posición intermedia entre el exceso y el defecto” … pero, muchas veces, no es fácil situarse en ese término medio ideal.

Si eres especialmente sensible, lo fundamental es que te conozcas, que seas consciente de lo que te pasa por dentro, que aprendas a gestionar tus emociones, aprende a discriminar estímulos -especialmente los negativos-, ponte límites a lo que te impacte demasiado -a lo que te duela en exceso-, rebaja las expectativas que tienes en los demás -no todos te entenderán como tú les entiendes a ellos-, intenta desconectar y relajarte de vez en cuando y, sobre todo, recuerda que tiene su lado positivo: vives lo bonito con gran intensidad, disfrutas de los pequeños detalles que muchos no ven y puedes estar emocionalmente conectada a otras personas.

Estoy convencida de que el mundo necesita de la sensibilidad y la empatía de las personas para hacerlo un poquito mejor.

Algunas veces hay que pararse a pensar, otras… a sentir.

La empatía es sentir con el corazón de otro

para entender, para encontrar soluciones,

para aportar valor a los demás

y para imaginar que un futuro mejor es posible.

 

I feel it coming…

Sentir… que lo que está por venir puede ser extraordinario 

 

 

 

 

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