Terminamos el mes de mayo, otro mes atípico, un mes que no esperábamos que fuera así y en el que seguimos sin poder planificar demasiado…
Mentalidad Startup
Mi mes ha sido un sin parar de “Mentalidad Startup”, la necesidad de potenciar la habilidad emprendedora de las personas, porque la capacidad de adaptación se ha convertido en más necesaria que nunca. Y la próxima semana sigo con ello, más mentalidad startup colaborando con los proyectos de Lleida Startup -maravillosamente coordinados por Lidia-, con webinar para APD “Mentalidad Startup. Cómo impulsar la innovación en la nueva normalidad” -liderado con enorme creatividad y rigor por Miquel- y con una conferencia también sobre mentalidad startup en el Summit “Reinventado el negocio. Y después del coronavirus ¿qué?” para España y LatAm.
De hecho, en estos días, ya ha empezado a dar vueltas en mi cabeza mi próximo libro, justamente sobre “Mentalidad startup”, para poder sintetizar el por qué de la necesidad de la mentalidad startup y el cómo desarrollarla… va a ser la segunda parte de mi libro “¡Vamos!”, la evolución natural de mi trabajo en estos últimos dos años.
En posts anteriores, he escrito sobre algunos aspectos clave de la mentalidad startup:
- La capacidad de adaptación en «Mentalidad Startup. De sobrevivir a mejorar«
- La digitalización en «Mentalidad Startup. Digitalizar«
Y hoy creo que es importante hablar de una tercera clave fundamental en la mentalidad startup, que no puede pasar desapercibida: la necesidad de invertir en proyectos donde se espera alta rentabilidad.
Me ha hecho reflexionar una entrevista que estaba viendo esta mañana en televisión, una entrevista al Director de CatSalut, Dr. Adrià Comella, en la que explicaba que toca prepararse para una situación de convivencia con el Covid19, explicaba que el sistema sanitario deberá vivir gestionando esta emergencia durante mucho tiempo -probablemente durante tres ejercicios-, gestionar con criterios de excepcionalidad no solo este año 2020, sino que probablemente también 2021 y no se puede descartar la posibilidad de una parte de 2022. De hecho, el sistema sanitario se está preparando para los posibles rebrotes del virus.
La posibilidad de este escenario debería hacernos reflexionar en profundidad, porque es obvio que impactará al sistema sanitario pero impactará también en nuestra vida.
El cambio que ha supuesto el Covid19 ha sido brutal en nuestra forma de vivir, ha impactado en nuestra vida personal, en nuestro trabajo y está potenciando muchas inversiones (muy necesarias) en el ámbito de la salud.
Vamos a tener que convivir con esta pandemia durante un tiempo… un tiempo indeterminado. ¿Hasta cuándo? Es curioso como, al hablar con gente, muchos parecen haberse convertido en expertos en pandemias. Me hace gracia la seguridad que tienen esas personas que, sin tener conocimientos científicos ni médicos, están tan convencidos de que saben lo que va a suceder.
Sin embargo, cuando escucho hablar a médicos y especialistas, sus mensajes no resultan tan alentadores ni tan contundentes. Así que me resulta inevitable “bucear” un poco sobre el tema, y ver qué previsión de tiempo indican los científicos para este gran reto. Mi desconocimiento total en este ámbito me hace sentir confusa y despierta mi curiosidad por saber. En mi búsqueda, encuentro al virólogo Luis Enjuanes, lleva 35 años estudiando a los coronavirus. Trabaja con patógenos como el que causa el síndrome respiratorio agudo grave (SARS CoV-1 en inglés) o el MERS-CoV, el más letal, que mata a una de cada tres personas.
En busca de la vacuna contra el coronavirus
En la entrevista que concedió a El País Semanal indicaba: “pronto me di cuenta de que este virus tenía unas características especiales, una personalidad propia”, prosigue Enjuanes, “y la peor de todas era que no se delataba. Permanecía oculto durante mucho tiempo. Eso trastocó todas las investigaciones. Cuando trataron de encontrar su origen, el virus ya estaba muy diseminado”.
“Las formas atenuadas suelen ganar la batalla a las agresivas. Pero el coronavirus de Wuhan regateó a los expertos. Una persona sin síntomas pero infectada tenía una carga viral similar a otra enferma: alguien asintomático y saludable contagia el virus con la misma facilidad que otro que tose. Enjuanes no recuerda haber visto algo así en los coronavirus mortales para el hombre.”
La pregunta en boca de todos ahora es: ¿cuándo habrá una vacuna efectiva? “Una vacuna lleva cuatro meses en desarrollarse, pero hay que evaluar primero su seguridad para que no produzca efectos secundarios perjudiciales”, responde Enjuanes. “Por mucho que se acorten los controles, llevará seis o quizá ocho meses adicionales el confirmarlo, no basta una semana o dos”. La versión del coronavirus reconstruido en su laboratorio del CNB lleva el antígeno que invoca la inmunidad frente al virus. Pero hay que evaluarla primero en animales de laboratorio, en este caso ratones humanizados (con genes humanos).
Esa tecnología permitió al equipo de Enjuanes e Isabel Sola (también viróloga) convertirse en el primero del mundo en elaborar una versión sintética de un coronavirus. Los ratones de su laboratorio están ahora protegidos contra los dos coronavirus mortales, el que causó el SARS y el MERS-CoV. “Hay que tener el potencial para llevarla a ensayos fuera del ratón, en animales superiores, como macacos”, dice Enjuanes. “Pero en España no hay laboratorios con macacos. Para eso hay que colaborar con equipos extranjeros”. Isabel Sola, codirectora de su laboratorio, estima que en el mejor de los casos se tardarían entre 12 y 18 meses en tener la vacuna lista.
Los virus siguen la máxima de sobrevivir, infectar a cuantos más mejor. Hay una regla evolutiva conocida entre los virólogos: cuando un virus se disemina produce variantes, pero se seleccionan aquellas que son las más atenuadas y suele perder virulencia. “Si un virus es muy mortal, enseguida vas al hospital, te ponen en cuarentena o te entierran, pero ese virus ya no circula más”.
Al buscar sobre equipos de investigación que están trabajando en ello, aparecen muchos, en China, en Europa, en EEUU,… pero al leer sobre sus previsiones de tiempo para tener el proyecto finalizado, se puede comprobar que sus previsiones coinciden en la mayoría de los casos. Si bien el interés actual en el tema, las inversiones y la colaboración que se está produciendo pueden acelerar el plazo, pero nada asegura que los resultados vayan a ser inmediatos.
Y mientras no llega la vacuna o el tratamiento, ¿qué?
Invertir en salud
Si vamos a convivir con este virus durante un tiempo -indeterminado-, vamos a tener que invertir en salud.
Vamos a tener que preocuparnos por mantener nuestro sistema inmunológico lo más fuerte posible. Debemos pensar, además, en la posibilidad de que tras este virus pueden aparecer otros. Por tanto, me parece de sentido común considerar la inversión en la propia salud de vital importancia. Es obvio que se deberán mantener determinadas medidas de prevención -distanciamiento físico, higiene, …- pero no podemos olvidarnos de la responsabilidad que tenemos sobre nuestra propia salud.
Pensamos mucho en vacunas y tratamiento-muy necesarios-, pero tal vez deberíamos pensar también en prevención. Si tenemos una determinada probabilidad de contraer el virus, mejor que encuentre a nuestro sistema inmunológico fuerte.
4 claves para reforzar tu sistema inmunológico
Así que, es hora de reforzar tu sistema inmunológico. Por suerte, al explorar las fórmulas que nos conducen a ello, vemos que no son muy complicadas, aunque requieren de un nivel de concienciación y de mucha disciplina. La mayoría de textos que exponen fórmulas para reforzar el sistema inmunológico coinciden en 4 aspectos:
Mantente activ@
Al igual que ocurre con nuestro metabolismo, el ejercicio activa nuestro sistema inmune haciendo que se encuentre en un “estado de alerta” y respondiendo con mayor celeridad ante posibles patógenos.
Entre evidencias científicas y sabiduría popular, aparece como destacado: hacer ejercicio contribuye a optimizar el funcionamiento del sistema inmunitario. Sí, hacer deporte es una inversión en salud especialmente atractiva durante estos meses, aunque hay que tener muy claro que la actividad física no es ninguna vacuna frente al coronavirus.
Vigila tu dieta
Una alimentación mal equilibrada tiene una influencia negativa en la actividad inmunológica. El mantenimiento del sistema inmunológico requiere un consumo adecuado de alimentos. Las personas mal alimentadas presentan un mayor riesgo de contraer infecciones. Del mismo modo, el aporte excesivo de energía también puede afectar a la capacidad del sistema inmunológico de combatir las infecciones. La obesidad está ligada a una mayor incidencia de enfermedades infecciosas. Además, las personas obesas son más propensas a desarrollar enfermedades cardiacas coronarias, las cuales están relacionadas con alteraciones de la función inmunológica.
Son muchos los estudios científicos que nos muestran la importancia de la dieta. Es momento de comer sano, más verdura, más fruta… es fácil encontrar recomendaciones en muchas publicaciones.
Yo lo he hecho, en estos días de confinamiento, he aumentado la cantidad de fruta y verdura en mi dieta y he estado leyendo mucho cobre alimentación, es un pilar fundamental de nuestra salud, que debe cuidarse especialmente.
Controla el estrés
Controla las hormonas del estrés. Estas hormonas, como el cortisol, ejercen un efecto negativo en tu capacidad de respuesta inmune.
La antítesis de la vitalidad está en el estrés. Por ello, es necesario buscar una vida con un menor nivel de estrés, algo que en muchas ocasiones pasa por conseguir un flujo emocional positivo entre la vida personal y la vida profesional.
En un estudio académido publicado en National Academy of Sciences “Chronic stress, glucocorticoid receptor resistance, inflammation, and disease risk”, se expuso a 276 adultos sanos al virus del resfriado y se les observó en cuarentena durante cinco días. Quienes estaban estresados tuvieron más probabilidades de producir citoquinas, moléculas que desencadenan la inflamación, y aproximadamente el doble de probabilidades de enfermarse. Además, las personas que están estresadas son menos propensas a prestar atención a otros hábitos saludables, como comer bien y dormir lo suficiente, lo que puede afectar la inmunidad.
En otro estudio publicado en Annals of Internal Medicine , se examinaron a adultos de 50 años o más y encontraron que aquellos que seguían una rutina diaria de ejercicios o practicaban la meditación consciente eran menos propensos a enfermar por una infección respiratoria que los sujetos de un grupo de control.
Descansa
El sueño y las horas de descanso son necesarias. Exsite relación entre la falta de sueño y posibles efectos negativos sobre el sistema inmune.
En una publicación aparecida en 2005 en la Revista de Neurología sobre las interrelaciones entre el sueño y el estado inmune, destacaba que “hay pocas dudas de que el sueño y el estado inmune se relacionan profundamente”. Por una parte, el sueño y las oscilaciones circadianas pueden influir en el estado inmune, así como, el estado del sistema inmune también puede tener consecuencias en la calidad del sueño.
Algunos estudios previos han relacionado la restricción y la privación del sueño con el desarrollo de enfermedades como la obesidad, la diabetes y la hipertensión; mientras que otros han demostrado que el sueño ayuda a sostener el funcionamiento del sistema inmune, y que la pérdida de sueño crónica es un factor de riesgo para su deterioro.
Cuatro claves para reforzar tu sistema inmunológico, para que esté en plena forma.
Sin duda, todos coincidimos en la importancia de la salud, pero ¿cuánto tiempo le dedicamos? ¿qué hacemos por ella?
Pocas inversiones tienen un retorno tan elevado. Sabes que soy una gran defensora de la inversión en educación, la inversión más rentable… creo que es hora de sumar también la inversión en salud a esa lista de inversiones con alta rentabilidad.
Recuerda que la vida es una maratón…
no un sprint.
Caminamos hacia una vida de 100 años, como comenté en su día en mi post “En beta permanente”, y por ello es necesario invertir en “activos vitales”.
Piensa en lo que de verdad importa.
Recuerda siempre qué es lo que más valoras…
porque, muchas veces,
descubrimos lo que valoramos demasiado tarde.
Valoramos la salud cuando la perdemos,
el valor de la vida ante la muerte….
Invertir en salud es una inversión de alta rentabilidad.
Cuida de tu cuerpo,
es el lugar donde siempre vas a vivir.
Y ayer escuché desde la cocina esta preciosa canción -mis vecinos escuchaban buena música-, una canción que siempre me ha gustado, aunque ayer me sonó distinta… y me hizo llorar en cuanto escuché la frase “pero me acuerdo de ti…”, es imposible no pensar en ella, en mi madre… así que hoy la canción va por ella y por todas las personas que, como ella, perdieron su vida víctimas del Covid19, ojalá hubiésemos invertido antes en salud y hubiésemos podido salvar más vidas.
Pero me acuerdo de ti…
y se me desgarra el alma
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