El propósito de la vida es crecer…

y el camino es aprender

Así empezaba mi anterior post en INED21 «Qué puentes cruzar y qué puentes quemar…», reflexionando sobre la importancia de tomar decisiones en tu vida. Decidir es algo fundamental, porque determina tu camino. Y no debes esquivar la responsabilidad de decidir, es algo personal e intransferible, por mucho que cueste.
Sé que lo digo vehementemente. Soy apasionada. No lo puedo evitar, lo que hago, lo hago con pasión… iría hasta el fin del mundo por aquello en lo que creo, por aquello que quiero. Pero no hay nada que sea irreversible… Puedes estar en un proyecto maravilloso, en el que tienes muy altas expectativas, en el que inviertes esfuerzo y cariño, para el que visualizas algo sensacional… Algunos de estos proyectos salen bien, pero otros, por algún motivo, se tuercen, no evolucionan como querrías.

Cuando eso que pensabas, ya no es…

entonces toca reaccionar y decidir

La decisión sobre qué hacer a cada momento es tuya, siempre.

LA TOMA DE DECISIONES

Dice nuestro gran filósofo José Antonio Marina que «la toma de decisiones es el punto central del desarrollo de la inteligencia». Por ello, es importante conocer cómo decidimos, a través de lo que nos descubre la neurociencia. Marina expone:

El proceso de toma de decisiones es muy complejo porque una parte muy importante de ellas se toma en un nivel no consciente. Todos sabemos que hemos tomado una decisión, pero no sabemos cómo lo hemos hecho. Para tomar buenas decisiones lo que tenemos que hacer es educar bien todo el sistema de toma de decisiones no conscientes y el sistema de decir no.
Nosotros no somos muy buenos tomando decisiones racionales. Tomamos decisiones racionales, pero para que se conviertan en decisiones tenemos que convencer a la parte no consciente de ello. Decía Keynes cuando estaba hablando de cómo se toman las decisiones empresariales: “Son decisiones tan complejas y se mueven en un mundo tan imprevisible, que no son decisiones que toma la razón sino las emociones”. El que mejor estudió esto fue Daniel Kahneman quien decía que tenemos dos modos de tomar decisiones: Uno rápido que es el que tenemos que adoptar cuando no tenemos mucho tiempo y es muy automático; y otro lento, cuando tenemos más tiempo y la intentamos razonar.
Las decisiones rápidas las toman mejor los ordenadores. El mejor jugador de ajedrez es una computadora, Deep Blue, no porque tenga más potencia de cálculo sino porque le han perfeccionado el mecanismo de toma de decisiones del programa. Por eso, en algunos bancos, las decisiones acerca de los riesgos las empiezan a tomar un ordenador y, por primera vez, un programa de ordenador se ha sentado en un consejo de dirección. Sin embargo, mientras el funcionamiento de un ordenador se limita a analizar los pros y las contras, nosotros tenemos, además de tomar esa decisión, que decidir cuándo llevarla a cabo y mantenerla.

LA ELECCIÓN

La elección en nuestra vida es fundamental

Extracto de mi libro Vamos
La elección en nuestra vida es fundamental, debemos ser conscientes de ello y actuar coherentemente. Nos resulta muy difícil tomar decisiones, mucho más de lo que solemos admitir. Sin embargo, siempre podemos elegir.  Y de las elecciones que tomemos va a depender una parte importante de nuestro bienestar: las investigaciones psicológicas demuestran que un 40 % de la felicidad depende de las decisiones que tomamos. La felicidad no se busca, sino que se construye conscientemente.  Así nos lo muestra Sonja  Lyubomirsky: un 50% del nivel de felicidad en una persona está determinado genéticamente (o por lo experimentado en los primeros años de vida), un 10% lo determina la situación y circunstancias de la vida y el restante 40% es voluntario.
La vida no es fácil.  Hay momentos difíciles en los que sentimos una presión enorme e intensa, momentos en los que las cosas no van como desearíamos, situaciones que parecen ser capaces de acabar con nuestra energía y con nuestra motivación, y nos podemos llegar a sentir incapacitados para tomar decisiones o buscar soluciones.
Sin embargo, la salida a este tipo de situaciones dependen de un@ mism@: optar por el camino del sufrimiento u optar por el camino alternativo. Para sacar el máximo partido a la vida, debemos optar por E L E G I R .   Interiorizar la idea de que existen más posibilidades de las que podemos ver de entrada, hacer un esfuerzo por encontrarlas, pedir ayuda si es necesario, decidir cuál es la mejor opción e ir a por ella.

Con nuestra elección creamos

nuestra realidad


Ben Sahar explica en la Universidad de Harvard las claves para ser feliz, y lo expone en su libro «Elige la vida que quieres. 101 claves para no amargarse y ser feliz». El libro nos plantea una serie de claves ante las cuales siempre podemos elegir. De todas las claves del libro, me quedo con unas pocas:

Puedes limitarte a vivir la vida u optar por elegir. A menudo, la escapatoria al estrés es dejarte llevar por la vida, sin atreverte a cambiar nada. Con esta actitud, te dejas arrastrar por las elecciones de los demás y estás renunciando a tu derecho a elegir.
Puedes reproducir obsesivamente un escenario o pensar y actuar para salir de él. A menudo, la cavilación y dar vueltas a un problema forma parte del propio problema y el mejor modo de salir de él es decidir qué medidas puedes tomar para alcanzar tus objetivos.
Es importante prestar atención al lenguaje corporal. Con nuestra postura y nuestros gestos enviamos mensajes al mundo, aunque no seamos conscientes de ello.
Invertir en las debilidades ayuda a sobrevivir, mientras que invertir en las fortalezas ayuda a progresar.
Puedes elegir ver tu trabajo como una condena o como un «empleo» de tu talento que te permite aportar a los demás, crecer y sentirte bien. No importa en qué trabajes, la perspectiva sobre tu trabajo la pones tú:
Una persona pasó por delante de una obra
y preguntó a tres obreros qué estaban haciendo.
El primero le respondió que estaban poniendo ladrillos.
El segundo le dijo que que estaban haciendo un muro.
Y el tercero contestó que estaban construyendo una catedral para venerar a Dios. 
Ante las dificultades, puedes aprender las lecciones: ser más consciente de las propias limitaciones, desarrollar más empatía, tener más paciencia o desarrollar resiliencia. Una dificultad o un problema siempre trae tras de sí una lección.
Puedes dejar pasar las oportunidades o puedes crear la propia suerte.
Ir a por todas o concentrarte en lo realmente importante. A veces, dispersamos en vez de concentrarnos en lo que de verdad importa. La forma de conseguir plenitud emocional y felicidad es identificar qué es lo más importante para ti y concentrarte en ello, independientemente de lo que de lo que tu entorno te diga.
Ser pesimista u optimista. Ya sabes: Activa el optimismoEl optimismo no es un sentimiento, sino un modo de actuar. Y ser optimista no es ser ingenuo. El optimismo no consiste en cerrar los ojos ante los problemas, sino que consiste en mantener una actitud consciente y voluntariamente positiva y constructiva.
Vivir en el pasado o en el futuro… o vivir en el presente. Adoptar la decisión de no dejarse esclavizar por el pasado o por el futuro y vivir plenamente lo que el presente te está ofreciendo.
Rendirse a la negatividad o transmitir energía positiva.
Evitar los desafíos o comprometerse a superar las dificultades.
Concentrarte en lo negativo o concentrarte en lo positivo.
Abandonar cuando se pone difícil o tratar de hacer realidad los sueños.
Ser mezquin@ o ser generos@.
Puedes pasar por alto los tesoros de la vida o prestarles atención. Ante una misma realidad, las interpretaciones pueden ser muy distintas

El libro de Ben Sahar ofrece un cambio de perspectiva para que desempeñes un papel mucho más activo en la creación del tipo de vida que quieres vivir.
La opción de decidir ser feliz no es una visión ingenua o simple de que solo con querer algo se consigue, es evidente que no es así… se trata de interiorizar tu poder para decidir hacia dónde ir, a quién quieres en tu vida, para diseñar cuál debe ser tu plan de ruta y para poner tu determinación en cumplirlo, es decir, en materializarlo.

UN LARGO CAMINO

Cualquier proyecto requiere

un largo camino

Gran parte de tu éxito va a depender de que tengas claros tus objetivos y de tu fuerza de voluntad y tu constancia para hacer lo necesario para llegar hasta ellos. Nada es fácil, y cualquier proyecto va a necesitar que recorras un largo camino.
Cuando crees en algo, das pasos hacia delante. Sin embargo, si no es cómo tu esperabas, lo mejor es dar otro tipo de pasos… hacia atrás. Para cambiar de rumbo, para dejar paso a algo mejor. Reconducirte.
Creo que complicar lo que surge naturalmente como sencillo es un error… y es el primer paso para perderlo.
Cuando algo se complica, hay que decidir. Nada como entender que, para avanzar en la vida, a veces es necesario frenar… incluso retroceder. Un paso hacia atrás en algo puede permitirte avanzar mucho en otros temas.
Así es la vida.  Con muchos proyectos en los que avanzar, y con alguno en el que retroceder… decide qué hacer en cada caso, no se acaba el mundo por ello.
Puedes dar muchas vueltas, puedes irte lejos y puedes perderte… no pasa nada. Al final siempre acabarás encontrando justo lo que necesitas: a ti.
Y, cuando te encuentras, descubres todo lo maravilloso que hay en ti y en las personas que te rodean.

Gracias a los que estáis siempre conmigo, gracias a quiénes me mandáis mails para decirme lo que os hace sentir lo que yo escribo, gracias a Rosa, a Laura, a Maribel por utilizar mi libro en sus clases, gracias de corazón por esas llamadas y esos mensajes a primera hora de la mañana para darme los buenos días… y, por supuesto, gracias por esa larga conversación en una cena maravillosa en Barcelona.

Que nunca te falte con quién compartir,

y recuerda que con tus decisiones creas tu realidad…

E L I G E  lo bueno…

Hoy una canción preciosa que me llega por whatsapp, de alguien que conoce bien mis gustos musicales….

Stuck on you

 
Artículo publicado en INED21