¿Qué nos espera tras la última fase?

Explorando en otras pandemias de la historia

 

Termina una semana muy bonita, participando en la jornada “Innova y emprende” de PIMEC, mentorizando proyectos de startups y preparando nuevos proyectos para LatAm. Trabajar en proyectos en los que creo y ver los resultados conseguidos es la mejor satisfacción que puedo tener en mi vida profesional, algo que me hace sentir bien. Trabajos y proyectos, sin embargo, que se mantienen en formato virtual, por la situación actual. Y debo reconocer que siento una cierta pena interior de no poder trabajar presencialmente, que echo de menos ver a la gente en directo, trabajar en equipo y, por supuesto, quedar con amig@s y tener más contacto.

El coronavirus monopoliza las noticias, marca nuestro trabajo y sigue siendo una amenaza para muchos grupos de personas en riesgo. Vamos viviendo su impacto: en forma de muertes – 1.447.246 fallecidos a día de ayer-, de enfermos ingresados en los hospitales, un impacto económico que nadie se atreve a cuantificar todavía y un impacto a nivel personal y emocional que notamos cada día más.

Cada vez cuesta más vivir con las restricciones de movilidad y de contacto, que nos impiden a algunos hacer parte de nuestro trabajo, y que nos obligan a permanecer mucho más aislados de compañeros, amigos, familiares, … El sentimiento de soledad es duro en ocasiones. Y echamos tanto de menos el recuperar un poco de vida social, aunque solo sea un poquito.

Nuestra felicidad correlaciona con la calidad de nuestras relaciones y las restricciones actuales está claro que las dificultan. Y creo que lo peor es no poder saber cuándo terminará, el no tener fecha de ‘caducidad’ para una situación que nos asfixia.

 

¿En qué fase estamos?

Esta pandemia se organizó, desde un inicio, por fases. Se nos planteaba que todo iba a estar planificado y gestionado por fases progresivas que nos iban a llevar hasta el final del túnel. La primera pandemia que se vive por fases. Saltamos de una fase a otra con la vana esperanza de que la siguiente fase será ya la última, o casi… pero no.

Si te soy sincera, no sé en qué fase estamos… hace días que me perdí con las fases. Esta semana una alumna en la universidad me explicaba que en su Comunidad tenía restringida la salida y que necesitaba un certificado mío para poder asistir al examen, algo que no sucedía en otras Comunidades. Lo busqué en internet y te aseguro que no supe encontrar una información clara, precisa y fiable de en qué fase y qué restricciones rigen a cada zona. En este momento, siento que vivimos en un pequeño caos.

Vamos aprendiendo del virus -desconocido en muchos aspectos, sin experiencia previa- y vamos buscando esa ansiada solución en forma de vacuna y de tratamiento, en una carrera contrarreloj.

Hoy se celebra la Marató en Cataluña, una jornada solidaria que este año se destinará a la investigación contra la covid19. El lema de este año es “nos toca a todos”, y me llega al alma, ¡lo que daría porque no me hubiera tocado para nada!

no oblidarem aquells que van marxar…

 

Hoy toca ayudar. Ojalá consigamos, entre todos, avanzar en la lucha contra la covid19. Ojalá podamos salir pronto de esta situación. 

Aunque, ¿qué nos espera tras la última fase?

¿Cómo será el mundo postcovid? No sabemos cómo será todo después de esa última fase, pero está claro que no será igual que antes. El coronavirus no es la primera gran pandemia de la historia, pero, de momento, es la única que aún no ha acabado.

 

¿Qué ha sucedido antes, en otras pandemias?

José Enrique Ruiz Domènec, experto medievalista, escritor y catedrático en la Autónoma de Barcelona, ha publicado El día después de las grandes pandemias”, un interesante libro que empezó a escribir en pleno confinamiento por la covid19 y en el que recorre la historia de 5 grandes pandemias de la humanidad.

Cito textual el resumen del libro: “¿Se puede avanzar hacia un futuro prometedor sin mirar hacia atrás? Cinco momentos de la historia nos convencen de cómo al desafío provocado por una gran epidemia puede seguir una respuesta imaginativa y esperanzadora.”

Y expone cinco grandes pandemias y su visión sobre cómo se gestionaron.

Bizancio y la peste

El Imperio Bizantino del siglo VI vivió una peste que mató a 25 millones de personas. Cuenta el historiador que la peste llegó a través de una pulga de las ratas negras y tuvo un impacto tan enorme, que creó debilidades en el imperio y marcó su futuro. Según Ruiz Domènec, el imperio bizantino no supo reaccionar y cedió espacio al islam y al mundo carolingio.

La peste negra del siglo XIV

La peste negra del siglo XIV llegó de Asia. Fue especialmente terrible porque coincidió con un cambio climático que ocasionaba hambrunas. Sin embargo, apareció un cambio en la sociedad, se modificó el sistema educativo, con el humanismo como centro, Ragusa ((Dubrovnik) inventa en esa época la cuarentena, también se cambió el urbanismo para evitar contagios, … la peste sirvió para avanzar en muchos ámbitos.

Las epidemias que llevaron los españoles a América

Fueron varias las epidemias que llevaron los españoles a América (la viruela, la gripe, el tifus, el sarampión o la fiebre amarilla, patógenos inexistentes entre los nativos), algo que les benefició en la conquista del imperio azteca y que generó un profundo debate sobre la dignidad humana. Algunos investigadores hablan de más de cincuenta millones de muertos en treinta años.

Las pestes del siglo XVII

Las pestes del siglo XVII vuelven a situarse en Europa. El autor las presenta con una cierta similitud a la pandemia actual, la reacción fue, en algunos aspectos, parecida a la actual: mascarillas, limpieza, hospitales, … Tras estas pestes, comienza la Ilustración, la Sanidad se ve como un deber de Estado y se adopta el espíritu de la revolución, científica y política.

La gripe española

La gripe española causó cincuenta millones de muertos. El historiador indica que su ciclo médico es parecido al covid19. Se establecieron también confinamientos, uso de mascarilla, y buscaron sin descanso una cura. Ruiz Domènec señala que los siguientes 30 años fueron terribles para España y para Europa, hasta que se empezó a trabajar y a avanzar en la unión de los distintos países, y llegó después el Estado del Bienestar.

 

Resulta muy interesante profundizar en la historia de pandemias anteriores y ver cómo se repiten determinados patrones, temas que nos parecen novedosos resulta que no lo son tanto. Y Ruiz Domènec escribe que debemos aprender del pasado. Destaca dos ejemplos de éxito ante una pandemia: la Europa Medieval que ante la peste creó el Renacimiento y la Europa del siglo XVII que creó la Ilustración.

El catedrático apela a un escenario responsable basado en siete propuestas que expone al final del libro. Sin ánimo de hacer spoiler -porque te animo a leerlo, es un gran libro- tan solo destacaré que defiende la necesidad de un profundo cambio en la sociedad, en el que la educación debe jugar un papel esencial, en la que se deben escoger a líderes bien preparados y se debe potenciar la reflexión y el sentido crítico. Una obra que combina exposición histórica con opiniones propias sobre cómo superar estar pandemia, que invita a la reflexión. Como apunta el autor «Por no recordar nuestro pasado, repetiremos nuestros errores«.

 

¿Qué nos espera tras la última fase?

Veremos qué nos espera tras la última fase.

Como ya escribí en semanas anteriores en el blog, según un estudio impulsado por el Foro Económico Mundial una abrumadora mayoría de personas quiere un cambio real después de la covid19. Según este estudio, en el que participaron más de 21.000 personas en 28 países, «el 86% de las personas quiere un cambio significativo para hacer que el mundo sea más justo y más sostenible después de la covid19″. Casi las tres cuartas partes quieren que sus propias vidas también cambien.

No es casualidad que muchas personas coincidan en afirmar que quieren cambios en su vida tras el coronavirus. Que reflexionemos sobre qué se está haciendo mal. Es hora de impulsar la acción, de pasar de los deseos a la realidad, ojalá hayamos aprendido de los errores que nos muestra la historia y seamos capaces de avanzar en la dirección adecuada. Parece que cada pandemia cierra un ciclo y toca inaugurar otro.

Creo que no me equivoco si digo que todos tenemos planes para cuando recuperemos un poco más de libertad, que sabes qué vas a hacer cuando llegue ese momento, seguro que tienes algo en mente y sabes a quién vas a ver… esperamos ansiosos que llegue esa última fase.

Ojalá sea pronto.

 

Otra fase

Y me consuela saber que el tiempo vuela

que llegará otra fase que me acerque más a ti…

 

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